Las náuseas son una sensación de malestar o necesidad inminente de vomitar. El vomito, por su parte, es la salida del contenido del estómago a través de la boca. Ambos constituyen una de las principales consultas en el ámbito de la atención primaria de salud, en los servicios de urgencias y en las consultas de gastroenterología.
Según Osakidetza, ''las causas más comunes incluyen: la ingesta de alimentos en mal estado, sufrir vértigos o mareos (coche, bus, barco), algunos medicamentos (quimioterapia), migrañas, la ingesta de alcohol, el embarazo o padecer reflujo, consumo excesivo de marihuana, alergia a alimentos, dolor intenso como el de cálculos renales, obstrucción intestinal''.
''El tratamiento de las náuseas y vómitos debe cumplir tres objetivos esenciales: corregir los disturbios hidroelectrolíticos y el estado de malnutrición resultantes del síndrome; identificar y tratar la causa subyacente, cuando ello es posible; y conseguir el alivio de los síntomas'', explica la Asociación Española de Gastroenterología.
Existen diversos fármacos que han demostrado su utilidad para el control de las náuseas y vómitos
En este sentido, ''la reposición de las pérdidas puede llevarse a cabo con suero salino y suplementos de potasio. Los cálculos para la corrección hemodinámica deben orientarse de acuerdo con la gravedad de la condición clínica. En algunas circunstancias, como en el caso del paciente con náuseas y vómitos relacionados con gastroparesia, pueden resultar de utilidad algunas medidas dietéticas'', añade la Asociación Española de Gastroenterología.
Por otro lado, manifiesta, ''existen diversos fármacos que han demostrado su utilidad para el control de las náuseas y vómitos. Estos pueden agruparse en fenotiacinas, antihistamínicos, anticolinérgicos, agonistas dopaminérgicos y antagonistas de la serosonina''.
''Otros fármacos que han demostrado propiedades antieméticas son butirofenonas, cannabinoides, benzamidas, esteroides y benzodiacepinas'', detalla.