"Un calambre muscular es una contracción repentina e involuntaria de uno o más músculos", explican desde Mayo Clinic. Si eres un seguidor asiduo del fútbol habrás podido observar como en los futbolistas es un dolor que suele ocurrir muy de vez en cuando, sobre todo en partidos que están teniendo una duración prolongada. Se caracterizan por sentir un dolor intenso. Por lo general son inofensivos, aunque pueden imposibilitar temporalmente el uso del músculo afectado.
Los períodos prolongados de ejercicio o de trabajo físico, especialmente si hace calor, pueden provocar calambres musculares.
SÍNTOMAS
¿Por qué suceden? El uso excesivo de un músculo, la deshidratación, la tensión muscular o el solo hecho de mantener una posición por un período prolongado pueden causar un calambre muscular. Sin embargo, en muchos casos no se sabe cuál es la causa.
"La mayoría de los calambres musculares se manifiestan en los músculos de las piernas, en particular, en la pantorrilla. Además del dolor repentino y agudo, es posible que también sientas o veas un bulto duro de tejido muscular debajo de la piel", señalan desde Mayo Clinic. Aunque habitualmente suelen desaparecer solos, lo cierto es que muchas veces el dolor se intensifica y no desaparece, es ante estos casos cuando de manera justificada se podría consultar al médico.
Causan molestia intensa
Están relacionados con la hinchazón, enrojecimiento o cambios de la piel en las piernas
Están relacionados con la debilidad muscular
Suceden a menudo
No mejoran con cuidado personal
No están relacionados con una causa obvia, por ejemplo, ejercicio extenuante
¿QUÉ PUEDO HACER?
Desde Mayo Clinic recomiendan seguir estas medidas para aliviar el dolor:
Aplica calor o frío sobre los músculos tensos. También puede ayudar darse un baño tibio o dirigir el chorro de una ducha caliente hacia el músculo acalambrado también puede ayudar.
Masajear. Elonga el músculo acalambrado y frótalo suavemente para ayudar a relajarlo. Para un calambre en la pantorrilla, coloca el peso en la pierna acalambrada y dobla ligeramente la rodilla. Si no puedes pararte, siéntate en el piso o en una silla con la pierna afectada extendida.