Que levante la mano quien no haya deseado perder peso alguna vez. Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos deseado bajar esos kilos de más y hemos recurrido a múltiples dietas o suplementos para ello.
Pero, ¿cuáles son los métodos más efectivos? El ayuno intermitente es uno de ellos. El ayuno intermitente es la restricción de la comida durante un periodo de tiempo determinado. Para realizarlo correctamente, se debe estar entre 12 y 16 horas sin comer, ya que es cuando el organismo recurre a las reservas de tejido adiposo para convertirlas en cuerpos cetónicos que, simplificando la bioquímica, pasarán a ser su fuente principal de energía.
El ayuno intermitente podría resultar eficaz para adelgazar en comparación con una alimentación sin restricciones y podría ser tan eficaz como la restricción energética continua
''El ayuno intermitente podría resultar eficaz para adelgazar en comparación con una alimentación sin restricciones y podría ser tan eficaz como la restricción energética continua'', destaca la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). En este sentido, según un estudio del que se ha hecho eco, la reducción del peso corporal varía entre los 5-10 kg en un periodo de tiempo de 3-12 meses. ''La pérdida media de peso (unos 7 kg) sería de suficiente magnitud para determinar beneficios clínicos, los cuales se considera que empiezan a producirse con una pérdida del peso corporal del 5-10 %'', añade.
La alimentación consciente es otra forma para perder peso, ya que consiste en poner todos nuestros sentidos a la hora de comer. ''La alimentación consciente ayuda a sentir la señal de saciedad, a comer cuando uno siente hambre, a no sufrir atracones y escuchar al cuerpo respetando las señales que nos envía. Es un proceso, pero te lleva a querer nutrir tu cuerpo con alimentos que te aportan energía y bienestar'', señala Teresa Salinas, fundadora de la plataforma Código Saludable.
El ejercicio físico también juega un papel fundamental en la pérdida de peso. Además de regular el peso corporal y prevenir la obesidad, la práctica deportiva regula el colesterol, baja la tensión arterial, disminuye el riesgo de padecer osteoporosis, reduce la ansiedad y la depresión, refuerza la resistencia y mejora la agilidad.