Cortes, arañazos, quemaduras… Hacerse pequeñas heridas es muy frecuente pero, ¿sabemos cómo tratarlas?
Las heridas que nos hacemos después de haber sufrido una caída deben ser curadas con mucho cuidado. Aun si no eres especialista sanitario, tú mismo puedes hacerlo sin necesidad de dirigirte a una enfermería.
Lávate bien las manos. Antes de comenzar a limpiar la herida, es imprescindible lavarte las manos con jabón antibacterial y agua tibia, para que no transfieras otros gérmenes.
Desinfectar la herida. Emplea una gasa esterilizada e impregnada de líquido antiséptico.
Limpiar toda el área afectada. No solo te concentres en la herida, es vital eliminar toda la suciedad que se encuentre alrededor. Evita frotarla muy fuerte para no dañarla más; usando agua y jabón. Procura limpiar todo vestigio de impurezas.
Aplicar medicamento. Antes de cubrir la herida y en especial si presenta ampollas o secreción. Aplica crema antibiótica u otros medicamentos de forma tópica y siempre recomendados por un profesional de la salud.
Seguimiento. Todos los días debes cerciorarte de que esté cicatrizando. Ahora bien, si observas que con el paso de los días la herida sigue roja e hinchada, es posible que se trate de una infección más compleja y que amerite la atención propia de un hospital o incluso cirugía.