La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles. Las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20% y un 30% mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ''a nivel mundial, el 28% de los adultos de 18 años o más no eran lo suficientemente activos en 2016 (el 23% de los hombres y el 32% de las mujeres). Esto significa que no se cumplieron las recomendaciones mundiales de realizar actividades físicas moderadas durante al menos 150 minutos a la semana, o actividades físicas intensas durante 75 minutos a la semana''.
La inactividad física es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad por enfermedades no transmisibles
''La disminución de la actividad física se debe en parte a la inactividad durante el tiempo de ocio y al comportamiento sedentario en el trabajo y en el hogar. Asimismo, el aumento del uso de medios de transporte «pasivos» también contribuye a una actividad física insuficiente'', añade la OMS.
En este sentido, un estilo de vida sedentario puede tener muchas consecuencias negativas para la salud: obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer, hipertensión y aumento de depresión y ansiedad.
También afecta al sueño, por lo que se incrementa el riesgo de padecer insomnio. Por ello, se debe realizar ejercicio físico de forma regular, por lo general, de 3 a 5 días a la semana. La intensidad o la duración variarán en cada persona, pero todos debemos tener en cuenta una cosa: debe realizarse, al menos, 3 horas antes de ir a dormir para evitar tener un nivel de excitación difícil de compaginar con ''ponerse a dormir'', señalan desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Así, gracias al deporte podemos estar más relajados, con menos estrés y ansiedad, lo que se traduce en un sueño reparador y de calidad.