El ibuprofeno es uno de los medicamentos que tomamos con más asiduidad, a pesar de que este puede dañar nuestra salud si lo tomamos sin control. Uno de los órganos más afectados por el consumo excesivo de este tratamiento es el hígado.
El ibuprofeno es un medicamente antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que, entre otras cosas, se usa para aliviar el dolor de cualquier zona del cuerpo y controlar la fiebre. Es un potente tratamiento antiinflamatorio, por lo que a la mayoría de las personas del mundo les sirve como medicina para cualquier dolencia.
Pero, según un estudio reciente de la Universidad de California (Estados Unidos), uno de los efectos adversos más comunes del ibuprofeno es que afecta en gran medida a la salud de nuestro hígado. El ibuprofeno como cualquier otro fármaco, es uno de los tratamientos más peligrosos a la hora de auto administrarnos nuestra propia medicina diaria.
El ibuprofeno es un medicamente antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que, entre otras cosas, se usa para aliviar el dolor de cualquier zona del cuerpo y controlar la fiebre
Según el grupo de investigadores, "el hígado juega un papel clave en el metabolismo energético y es esencial para la homeostasis de todo el cuerpo. Es decir, la estabilización de las funciones corporales, a través de la regulación del metabolismo de glucosa, lípidos y aminoácidos".
Es decir, el hígado es una de las partes más importantes de todo nuestro cuerpo. Ya que gracias a este órgano vamos a conseguir filtrar todo tipo de alimentos y bebidas que ingerimos a lo largo del día.
Si nuestra hígado se ve dañado debido al consumo excesivo de ibuprofeno, algunos de los síntomas que vamos a poder experimentar son dolor abdominal, orina turbia, sarpullidos y diarreas.
El ibuprofeno está contraindicado para personas que padecen una enfermedad grave del hígado o de los riñones, si vomita sangre, si presenta diarreas con sangre o heces muy negras, si padece una insuficiencia cardiaca grave, si está embarazada, si ha tenido una úlcera, si tienes retención de líquidos, si tienes la presión arterial alta, si padeces de asma, si padeces de una enfermedad de los riñones o del hígado, así como si sufres dolores de cabeza después de un tratamiento prolongado.
Además, siempre es recomendable y necesario consultar con un especialista sobre la dosis de ibuprofeno que está indicada en relación a la estatura y peso.