La citología vaginal, o prueba de Papanicolau, es la técnica más utilizada para detección precoz de cáncer de cuello uterino y para lesiones precancerosas.
''Se analizan las células del cuello del útero mediante un estudio anatomopatológico y se recogen tres tomas: del interior del cuello, del exterior del cuello, y del fondo de la vagina'', explican desde Sanitas.
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la citología vaginal se lleva a cabo en una postura que se denomina de litotomía; es decir, la mujer se tumba boca arriba en una camilla que tiene un apoyo para colocar las piernas o bien para introducir los talones. Con las rodillas flexionadas y las piernas separadas, queda expuesta el área genital para su exploración.
La citología vaginal, o prueba de Papanicolau, es la técnica más utilizada para detección precoz de cáncer de cuello uterino y para lesiones precancerosas
''La vagina y el cuello del útero (cérvix) necesitan ser visualizados para comprobar su normalidad y, para ello, se utiliza un aparato llamado espéculo el cual, una vez introducido en la vagina se abre, exponiendo a la vista las paredes vaginales y el cérvix'', añade la SEGO.
''Actualemnte se recomienda realizarla a partir de los 21 años si se han iniciado las relaciones sexuales. Además, se aconseja repetirla al menos cada 3 años si los resultados son normales, hasta los 30-35 años. A partir de esa edad (o antes si el resultado de una citología es anormal) se debe complementar con un test de Virus de Papiloma Humano (HPV o VPH) para mejorar su tasa de detección. Es una prueba que las mujeres se deberían de someter hasta los 65 años'', comentan desde Quirónsalud.
Las enfermedades o los resultados anormales que una citología vaginal puede descubrir son los siguientes: cáncer de cuello de útero y lesiones premalignas, alteraciones producidas por el virus del papiloma humano y presencia de otras infecciones.