Un broncoespasmo ocurre cuando los músculos que recubren las vías respiratorias de los pulmones se contraen o tensan, reduciendo el flujo de aire. Este tipo de enfermedad afecta a las personas con asma y alergias, provocándoles dificultad a la hora de respirar.
Las causas de sufrir broncoespasmos pueden ser muy diferentes, aunque influyen factores como: sufrir asma, fumar, contaminación por aire o humo, tener una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tener alergia al polen, polvo o caspa de los animales, infecciones pulmonares virales, bacterianas y fúngicas.
Las señales que nos indican que sufrimos un broncoespamo son bastante aparentes. Los síntomas más comunes son: dolor, tensión y sensación de opresión en el pecho y espada, dificultad para respirar, silbido al respirar, tos, sensación de cansancio y mareos.
Sufrir asma, fumar, la contaminación por aire o humo o tener una enfermedad pulmonar obstructiva crónica son algunas de las causas de sufrir broncoespasmos.
Entre los tratamientos más comunes cuando se sufre un broncoespasmo se encuentran los siguientes.
- Broncodilatadores de acción corta: se usan para aliviar de manera rápida los broncoespasmo repentinos y para tratar los espasmos inducidos por el ejercicio.
- Broncodilatadores de acción prolongada: se usan para casos crónicos de broncoespasmo. Se usan entre dos o tres veces al día y pueden ser recetados también con esteroides.
- Esteroides inhalados: reducen la inflamación de las vías respiratorias. Se pueden usar para controlar el broncoespasmo a largo plazo.
- Esteroides orales o intravenosos: se utilizan cuando el broncoespasmo es grave.