El yoga es la tradición milenaria que ha conquistado el mundo occidental de nuestro tiempo. Esta actividad, basada en mejorar el bienestar humano, produce enormes beneficios, no solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico.
Durante el embarazo, además, es especialmente beneficioso. Por ejemplo, la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness (FEDA) destaca que el yoga ''ayuda a relajar a la futura madre suavizando los momentos de estrés o ansiedad que puedan derivarse durante el embarazo''.
También, señala, mejora la elasticidad. ''Esto resulta especialmente útil respecto a la elasticidad de la zona uterina, ayudando a aliviar las contracciones y a facilitar el paso del bebé a la hora del parto'', detalla.
El yoga ayuda a relajar a la futura madre suavizando los momentos de estrés o ansiedad que puedan derivarse durante el embarazo
Asimismo, el yoga es muy útil para aprender a respirar, ya que durante su práctica la futura mamá debe concentrarse en inhalar y exhalar de forma lenta y profunda a través de la nariz. Hacer esto puede ayudar a reducir la fatiga durante esta etapa y a manejar las contracciones.
Igualmente, la práctica habitual de yoga ayuda a tonificar los músculos, lo que facilitará el embarazo y el post-parto.
''El yoga ayuda a las embarazadas a lograr una correcta postura, estirando y aliviando el dolor de espalda y colocando adecuadamente la columna'', explica la FEDA.
Además de todos estos beneficios, de forma general, el yoga fortalece la salud cardiovascular. De hecho, esta disciplina combate la hipertensión y reduce los niveles de colesterol en sangre, lo que a largo plazo reduce el riesgo de padecer este tipo de trastornos, según diversos estudios.
Por último, desde Mayo Clinic aseguran que el yoga prenatal mejora el sueño y disminuye el dolor de espalda, las náuseas y los dolores de cabeza.