El té es una infusión preparada con las hojas secas molidas o brotes del arbusto Camellia sinensis o Camellia viridis en agua caliente. Se usa como bebida estimulante y sus beneficios para la salud son numerosos.
El té verde, en concreto, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tiene un sabor ligeramente amargo y no está fermentado, aunque sí más procesado que el blanco. ''En su procesado, las hojas se someten a un tratamiento de vapor, destruyéndose los enzimas responsables de la oxidación. Conserva la mayor parte de los componentes de la hoja de la que procede'', explica.
El té verde tiene el inconveniente de dificultar la absorción de hierro presente en los alimentos, por lo que su consumo no estaría indicado en caso de estar atravesando un proceso anémico
''Los componentes activos del té son los flavonoides, un tipo de polifenoles que poseen propiedades antioxidantes muy potentes e incluyen polifenoles de los grupos catequina (té verde) y teaflavina (té negro). No aporta valor calórico a no ser que se añada azúcar o leche en su consumo por lo que lo convierte en una buena alternativa a las bebidas gaseosas y azucaradas. Los taninos le confieren el característico sabor amargo y tienen efecto astringente'', añade la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Por otro lado, destaca, ''contiene una sustancia que impide el aprovechamiento orgánico de la vitamina B1. Por ello, los grandes bebedores de té pueden llegar a padecer deficiencia de esta importante vitamina para el sistema nervioso''.
No obstante, el té verde tiene el inconveniente de dificultar la absorción de hierro presente en los alimentos,por lo que su consumo no estaría indicado en caso de estar atravesando un proceso anémico.
En definitiva, la OCU detalla que ''hay numerosos estudios de la eficacia del té que han demostrado su capacidad para reducir el colesterol, triglicéridos, y disminuir el riesgo de ateroesclerosis y enfermedades cardiovasculares relacionadas. También tiene efecto diurético''.