El nabo es una hortaliza con un valor calórico muy bajo (24,7 kcal por 100 gramos), el 90% de su peso es agua y tiene un contenido bajo en hidratos de carbono. Aun así, es una buena fuente de fibra (casi el 3% del peso) y de vitaminas y minerales. Conviene distinguir entre las propiedades nutritivas de la raíz y de las hojas.
Entre sus propiedades destacan:
- Rico en vitamina C: la raíz del nabo aporta una cantidad importante de esta vitamina antioxidante (23 mg por 100 gramos) pero las hojas todavía contienen más. La vitamina C es esencial para el buen funcionamiento del organismo porque interviene en muchas reacciones metabólicas. Las propiedades antioxidantes de la vitamina C son capaces de prevenir la actividad negativa de los radicales libres, que producen el envejecimiento del cuerpo.
- Fuente de vitamina B9 (o ácido fólico): interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de los anticuerpos en el sistema inmune. También es muy importante que se tome durante el embarazo para que se pueda desarrollar correctamente el tubo neural del feto, sobre todo durante las primeras semanas de gestación. El contenido de vitamina B9 de las hojas es superior al de la raíz.
El nabo es una hortaliza con un valor calórico muy bajo (24,7 kcal por 100 gramos), el 90% de su peso es agua y tiene un contenido bajo en hidratos de carbono
- Rico en provitamina A (o betacaroteno): la raíz casi no contiene, mientras que las hojas tienen un contenido elevado en esta vitamina antioxidante imprescindible para el buen estado de la retina y la piel, entre otros.
- Alto en calcio: las hojas del nabo son especialmente ricas en este mineral (41 mg por 100 gramos de alimento) y además contiene magnesio, que es muy importante para que se absorba bien. Las hojas de nabo son muy útiles durante la etapa de crecimiento y también para prevenir los efectos de la osteoporosis, tal como nos indica nuestra especialista en este artículo.
Respecto a sus beneficios:
- Antioxidantes y ayudan a prevenir el envejecimiento: Los nabos (tanto la raíz como las hojas) son ricos en vitaminas antioxidantes (como la C y los betacarotenos), contienen clorofila (las hojas) y compuestos de azufre que ayudan a bloquear los efectos perjudiciales de los radicales libres. Además, estos antioxidantes también desarrollan un efecto protector frente a las enfermedades cardiovasculares.
- Ayudan a regular la función intestinal: Su contenido en fibra, tanto soluble como insoluble, le confiere propiedades ligeramente laxantes. Además, la fibra ayuda a reducir el nivel de colesterol en sangre y es un factor protector del cáncer de colon. La fibra soluble tiene efectos probióticos, es decir, se convierte en un sustrato idóneo para el crecimiento de la flora intestinal.