El guisante es un alimento oriundo de Oriente Medio y de Asia Central, donde se cultiva desde hace miles de años. Pertenece a la familia de las leguminosas, a pesar de que el acerbo popular los considere verduras.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), una ración media de guisantes tiene casi tanta proteína como un huevo entero (aunque es de menor calidad), menos de un gramo de grasa, y nada de colesterol. Además, es fuente de minerales tales como el fósforo y el potasio.
El consumo de una ración de guisantes cubre el 38% y 23% respectivamente de las ingestas recomendadas de tiamina y niacina en hombres de 20 a 39 años con actividad física moderada
En cuanto a las vitaminas, hay que destacar su contenido en tiamina, niacina, folatos, y fundamentalmente en vitamina C (si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción).
Los folatos contribuyen al proceso de división celular y a la formación normal de las células sanguíneas. Además, contribuyen al crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo. De ahí la importancia de ingerir alimentos con altos niveles de ácido fólico en este periodo tan crítico.
Por otro lado, destaca la FEN, el consumo de una ración de guisantes cubre el 38% y 23% respectivamente de las ingestas recomendadas de tiamina y niacina en hombres de 20 a 39 años con actividad física moderada. Tampoco podemos olvidar su aporte a la dieta de aminoácidos como la leucina, la lisina, la fenilalanina, la arginina, o la alanina.