Elegir una actividad física adecuada es clave para el correcto desarrollo de la mente y el cuerpo. En este sentido, el ballet es un tipo de danza con numerosos beneficios para la salud.
Pueden practicarlo tanto niños como adultos, aunque lo recomendable es iniciarse en él en edades tempranas, ya no solo para perfeccionar la técnica desde la infancia, sino para disfrutar de todos sus beneficios desde pequeños.
Así, al ser un ejercicio aeróbico, entre los aspectos beneficiosos del ballet destaca su quema de calorías y, por consiguiente, la pérdida de peso o el mantenimiento del mismo.
También, como el ballet requiere de una postura erguida, con los hombros bajos y la cadera adelantada, ayuda a mejorar la postura corporal y el equilibrio y, a su vez, mejora la flexibilidad de ligamentos y articulaciones.
Al ser un ejercicio aeróbico, entre los aspectos beneficiosos del ballet destaca su quema de calorías y, por consiguiente, la pérdida de peso o el mantenimiento del mismo
Asimismo, el ballet es un perfecto aliado para prevenir la obesidad o el sobrepeso, para fortalecer el sistema respiratorio y la salud cardiovascular y para prevenir la pérdida de masa ósea, ya que ayuda a tener unos huesos más fuertes y sanos.
Igualmente, la repetición de ejercicios promueve la tonificación de todos los grupos musculares y la amplitud de movimientos.
En cuanto a los beneficios psicológicos o mentales, destaca la mejora del estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas que se produce durante su práctica. Por tanto, nos sentiremos más alegres o felices y algunos problemas como la ansiedad, la depresión o el estrés pueden disminuir.
Por último, el ballet favorece el desarrollo cognitivo, mejora la memoria y la capacidad de concentración y promueve la socialización con el resto de alumnos.