El gazpacho es uno de los platos más típicos de la gastronomía española, sobre todo en verano, la estación del año donde aumenta su consumo.
Al ser un plato muy versátil, puede adaptarse a los gustos y necesidades de cada persona, ya que la elección de los ingredientes depende de cada uno.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) distingue tres tipos de gazpachos: el andaluz, más sencillo; el extremeño, donde el tomate troceado se sirve sobre un majado de ajos en aceite; y el manchego, un guiso elaborado con carne servido con tortas de pan.
BENEFICIOS DEL GAZPACHO
El gazpacho se elabora con hortalizas (tomate, pimiento y pepino), por lo que proporciona numerosos beneficios para la salud. Contiene vitaminas (sobre todo vitamina C y carotenos) y minerales (potasio), además de fitonutrientes.
El gazpacho es uno de los platos más típicos de la gastronomía española, sobre todo en verano, la estación del año donde aumenta su consumo
Por su parte, según la OCU, ''el contenido en fibra se ve mermado, ya que se suelen pelar las hortalizas (también el tomate) y en muchas casas el gazpacho se pasa por el chino para que sea más líquido''.
''El aporte energético del gazpacho depende sobre todo del pan y del aceite de oliva, puesto que el resto de los ingredientes son hortalizas con un bajo aporte calórico. Un gazpacho casero aporta de media unas 110 kcal por ración de 200 ml'', destaca la OCU.
Todos estos nutrientes hacen que el gazpacho sea un excelente aliado para ayudar a regular el colesterol y la hipertensión, además de contribuir a tener una hidratación óptima en el organismo.
Asimismo, gracias a su contenido en vitaminas, el gazpacho aumenta las defensas, protegiendo al organismo de futuras bacterias y virus.
También, sus antioxidantes no solo pueden ayudar a prolongar el bronceado, sino que también permiten hidratar la piel, reduciendo las arrugas y manchas que aparecen con la edad.