Por todos es sabido que, para gozar de buena salud, consumir entre 3 y 5 raciones de frutas o verduras es un paso fundamental. Y es que, estos alimentos nos proporcionan una gran cantidad de beneficios para el organismo: son ricos en antioxidantes, vitaminas, ácido fólico, minerales y fibra.
El brócoli, por ejemplo, es una de las verduras con más propiedades. Es parecido a la coliflor, aunque tiene un sabor más suave, por lo que se puede cocinar de la misma manera que esta: al horno, hervido, rehogado, gratinado o frito. ''La diferencia radica en que introduce un toque de color y que el olor que desprende durante la cocción es menos desagradable que el de la coliflor'', destaca la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Es fuente de potasio, el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos
Sobre las propiedades, la Fundación Española de la Nutrición detalla que ''es una buena fuente vitamina C (si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción) y folatos, hasta el punto que una ración (200 g) aporta casi el doble de las ingestas recomendadas de vitamina C y la cuarta parte de las ingestas recomendadas de folatos para un hombre y una mujer de 20 a 39 años con actividad física moderada''.
''También es fuente de potasio, el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos. El consumo de una ración de brócoli cubre el 28% de las ingestas recomendadas de folatos'', añade.
Asimismo, gracias a su contenido en fibra, ayuda a regular el tránsito intestinal y, además, según algunas investigaciones, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Igualmente, la Fundación Española de la Nutrición explica que el brócoli contiene, además, una importante proporción de azufre, que le confiere propiedades antimicrobianas e insecticidas, además de ser responsable del fuerte olor que desprenden estas verduras durante su cocción.
Por último, es rico en antioxidantes, lo que ayudaría a combatir los radicales libres, responsables del envejecimiento de la piel.