El ayuno intermitente es la restricción de la comida durante un periodo de tiempo determinado. Para realizarlo correctamente, se debe estar entre 12 y 16 horas sin comer, ya que es cuando el organismo recurre a las reservas de tejido adiposo para convertirlas en cuerpos cetónicos que, simplificando la bioquímica, pasarán a ser su fuente principal de energía.
Pero, durante el tiempo de ayuno, ¿se puede ingerir líquidos? El equipo de médicos de Melio detalla que ''se puede tomar café, té, agua mineral e incluso refrescos light o zero que, a pesar de contener edulcorantes artificiales, técnicamente no rompen el ayuno (no contienen energía). Fisiológicamente, el cuerpo humano se encuentra en estado de ayuno si no se ingiere una cantidad significativa de calorías que activan vías de señalización de crecimiento celular (podría darse una cifra aproximada entre 10-30 kcal)''.
''El ayuno intermitente podría resultar eficaz para adelgazar en comparación con una alimentación sin restricciones y podría ser tan eficaz como la restricción energética continua'', destaca la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
El ayuno intermitente es la restricción de la comida durante un periodo de tiempo determinado
En este sentido, según un estudio del que se ha hecho eco, la reducción del peso corporal varía entre los 5-10 kg en un periodo de tiempo de 3-12 meses. ''La pérdida media de peso (unos 7 kg) sería de suficiente magnitud para determinar beneficios clínicos, los cuales se considera que empiezan a producirse con una pérdida del peso corporal del 5-10 %'', añade.
Para evitar la sensación de fatiga, mareos y malestar que pueden surgir durante el ayuno, se recomienda tomar agua mineral y suplementación de electrolitos. Y es que, cuando se ayuna se reducen los niveles de insulina y se produce una importante eliminación de líquidos/electrolitos.
Sobre los resultados, tras unos meses de práctica y a través de una analítica de sangre se pueden comprobar algunos beneficios que produce el ayuno intermitente, como la regulación de los niveles de colesterol, triglicéridos, disminución de marcadores de inflamación y normalización de la sensibilidad a la insulina (prevención de diabetes de tipo 2).
''Además, el ayuno intermitente puede prevenir la aparición de obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, así como tener efectos beneficiosos en la autofagia celular y la regulación del sistema inmune. La restricción calórica, y por extensión, el ayuno, parecen favorecer la longevidad en prácticamente todos los organismos vivos'', detalla el equipo de médicos de Melio.