El aceite de oliva es uno de los alimentos estrella de la Dieta Mediterránea, ya que proporciona numerosos beneficios para la salud. En conjunto, su sabor, su historia y sus propiedades lo han convertido en una parte fundamental de nuestra alimentación.
Los expertos recomiendan una ingesta diaria de tres a seis raciones, sin embargo, tal y como destaca la Fundación Española del Corazón, las personas que sufran obesidad y que estén bajo tratamiento dietético deben controlarlo siguiendo los consejos de su médico.
En este sentido, entre todas sus propiedades, la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva destaca su aporte en vitamina E, un compuesto con efecto antioxidante que ayuda a proteger el organismo, desde el sistema nervioso hasta los músculos, pasando por el aparato cardiovascular, donde permite mantener un nivel adecuado de colesterol sanguíneo.
Son muchos los especialistas que recomiendan a las madres la ingesta de este superalimento antes de que nazcan sus bebés pues, por su composición, impulsa la creación de tejidos y membranas celulares que conforman el sistema nervioso
También es beneficioso para controlar la hipertensión arterial, reducir la aparición de trombosis y prevenir la aparición de diabetes.
En el caso de los niños, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) destaca que el aceite de oliva es un excelente aliado en la alimentación infantil gracias a su contenido en ácido oleico, un ácido graso esencial que favorece el desarrollo del niño.
De hecho, Mónica Nieto, creadora de la firma de AOVES Alevoo, explica que son muchos los especialistas que recomiendan a las madres la ingesta de este superalimento antes de que nazcan sus bebés pues, por su composición, impulsa la creación de tejidos y membranas celulares que conforman el sistema nervioso y otras estructuras de los más pequeños y protege frente al asma y algunas alergias.
''Los porcentajes en ácidos grasos saturados (AGS), monoinsaturados (AGM) y poliinsaturados (AGP) suelen oscilar en torno al 17%, 71% y 11%, respectivamente. Este perfil -rico en AGM y bajo en AGP- hace al aceite de oliva mucho más estable que otros aceites'', señala la Fundación Española de la Nutrición.