El colesterol malo favorece el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica.
Para reducirlo debemos hacer un cambio en el estilo de vida: dejar el tabaco, hacer ejercicio físico, reducir la ingesta de alcohol, evitar el exceso de peso y, lo más importante, seguir una alimentación saludable.
En este sentido, debemos eliminar de la dieta las grasas saturadas, como las de la carne, la mantequilla, el queso y otros productos lácteos ricos en grasa, que aumentan el colesterol total. También, según Mayo Clinic, las grasas trans, que a veces figuran en las etiquetas de los alimentos como "aceite vegetal parcialmente hidrogenado", también favorecen el aumento de colesterol.
El pescado tiene altos niveles de ácidos grasos omega-3, que pueden reducir los triglicéridos
En cambio, según la Fundación Española del Corazón, la ''dieta mediterránea es la idónea para reducir el colesterol porque su aporte de grasas proviene fundamentalmente de los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados presentes en el pescado y los aceites de oliva y de semillas. También es importante el consumo de vegetales, legumbres, cereales, hortalizas y frutas''.
Por ejemplo, el pescado tiene altos niveles de ácidos grasos omega-3, que pueden reducir los triglicéridos, al igual que la presión arterial y el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos.
Por otro lado, en Mayo Clinic detallan que las almendras y otros frutos secos también pueden mejorar el colesterol en sangre. Los aguacates, asimismo, son una potente fuente de nutrientes, así como de ácidos grasos monoinsaturados.