La miel es peligrosa para bebés menores de un año. La Asociación Americana de Pediatría y el Instituto Nacional de la Salud en Estados Unidos recomiendan no dar miel de abeja ni de caña ni sus derivados por el riesgo de botulismo, una enfermedad de poca prevalencia, pero potencialmente fatal.
La miel puede contener esporas de una bacteria llamada Clostridium botulinum que llegan al intestino del bebé y liberan una toxina que paraliza los músculos. El botulismo se presenta principalmente en bebés pequeños entre 6 semanas y 6 meses de edad, por eso se recomienda no ofrecer miel hasta el año de vida.
La miel puede contener esporas de una bacteria llamada Clostridium botulinum que llegan al intestino del bebé y liberan una toxina que paraliza los músculos
En niños mayores y adultos es inofensiva pues contenemos microorganismos que lo impiden, pero en el inmaduro intestino del bebé la oportunista bacteria puede alojarse y desencadenar la enfermedad.
Los síntomas del botulismo son párpados caídos, dificultad para succionar y deglutir, debilidad muscular, constipación, llanto débil y tono muscular deficiente y dificultad para respirar.
Además del riesgo de botulismo, la miel es un alimento con alto contenido en azúcar que no es saludable para un bebé y predispone a la aparición de caries y a la obesidad a largo plazo.