Desde hace unos años a la actualidad, el deporte ha llegado para quedarse en nuestras vidas. Antes lo practicaban sólo los deportistas de élite, pero en las últimas décadas hemos asistido a la democratización de las diferentes disciplinas deportivas. Así podemos cuidar de nuestro completo bienestar, ya que el ejercicio físico ayuda tanto al cuerpo como a la mente.
Ahora incluso durante el embarazo, podemos continuar con nuestra rutina aunque de manera adaptada a cada etapa. De hecho, es muy saludable porque podemos cuidar nuestra forma física durante los meses de gestación en un período de completa revolución hormonal, al mismo tiempo que preparamos el cuerpo de cara al parto.
"Siempre hay que realizar una adaptación del deporte al embarazo"
El yoga es una de estas disciplinas que ha crecido entre las embarazadas y es que muchos especialistas lo recomiendan durante los meses de embarazo. Marta Recio, ginecóloga y miembro de Doctoralia, explica que “el ejercicio es salud” y señala que durante el embarazo puede ser “igual o más beneficioso y en muy pocos casos está contraindicado”.
Especialmente el yoga prenatal, es una de las disciplinas aconsejadas durante este período por varias razones. Según la experta, lo puede practicar cualquier mujer, incluso si nunca antes ha realizado deporte. Gracias a él, mejorará la elasticidad articular, “tan importante de cara al parto y para adaptarse mejor a los cambios en el cuerpo y la postura corporal”.
Además, el yoga prenatal ayuda a controlar la ciática propia del embarazo, a aliviar su dolor y a trabajar el suelo pélvico. Adicionalmente, mejora la gestión del estrés que puede caracterizar los meses de gestación y “facilita la conciencia corporal y la concentración”, importantes también para preparar el parto y sobrellevar los meses de embarazo.
BENEFICIOS PARA EL FETO
Pero los beneficios de practicar esta disciplina durante el embarazo no se reflejan únicamente en el cuerpo de la madre. El yoga prenatal tiene un impacto positivo en el feto y es que “el ejercicio hace que el corazón bombee más sangre, la cual irá también a la placenta, favoreciendo su oxigenación y la llegada de nutrientes”. Al mismo tiempo, las endorfinasque segregamos cuando realizamos deporte también se pueden transmitir al bebé.
El yoga se caracteriza por la práctica de posturas muy diversas, muchas veces complejas y que requieren de equilibrio. Pero aunque podamos pensar que esta disciplina pone en riesgo la salud del feto durante la gestación, la ginecóloga recuerda que “siempre hay que realizar una adaptación del deporte al embarazo, y evaluar cada caso de forma particular”.
Para ello, recuerda que hay que evitar aquellos movimientos que hagan presión en el abdomen, así como las que producen estiramientos extremos de los ligamentos y las articulaciones, “ya que en el embarazo se produce una hiperlaxitud ligamentosafisiológica para favorecer los cambios en el cuerpo y permitir el parto”. Consecuentemente, podrían producirse algunas luxaciones articulares y esguinces con esfuerzos más pequeños.