Cada año se diagnostican en España 228.000 nuevos casos de cáncer. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), uno de cada dos españoles y una de cada tres españolas tendrá algún tipo de cáncer a lo largo de sus vida.
La caída del cabello es uno de los efectos secundarios de la quimioterapia más traumático para el paciente con cáncer. Algunos incluso llegan a compararlo con la pérdida de una mama. Y es que, la pérdida del cabello provoca un impacto psicológico tan demoledor que afecta a la autoestima del paciente, así como a su vida personal, familiar y laboral.
Precisamente, algunos estudios revelan que entre el 8% y el 10% de los pacientes se plantean no recibir quimioterapia por el miedo a perder el pelo.
La pérdida del cabello provoca un impacto psicológico tan demoledor que afecta a la autoestima del paciente
Ante esta situación, varios expertos han presentado una nueva herramienta de Scalp Cooling Iberia (Oncobel) para prevenir esta alopecia inducida por la quimioterapia, que consiste en el enfriamiento continuo del cuero cabelludo durante las sesiones de quimioterapia sin interferir con los fármacos.
Este innovador tratamiento sólo puede utilizarse para tumores sólidos y no líquidos (leucemias y linfomas). En el caso de los niños, no es aplicable ya que el tipo de cáncer que padecen suele ser líquido.
¿CÓMO FUNCIONA ONCOBEL?
Este procedimiento de enfriamiento continuo del cuero cabelludo se aplica mediante un gorro de silicona con un circuito integrado por el que circula un líquido refrigerante que se conecta a una máquina que mantiene la temperatura óptima. De esta forma, el cuero cabelludo alcanza la temperatura entre 19 y 21 grados centígrados a nivel de la piel lo que provoca que los quimioterápicos no lleguen o lleguen en un bajo porcentaje a las células del folículo piloso.
El sistema enfría el cuero cabelludo a un nivel superficial y esto produce dos efectos: uno la reducción del aporte sanguíneo entre un 20 y un 40% por vasoconstricción de los vasos sanguíneos, y un segundo, un estado de hebernación celular, lo que supone una disminución del metabolismo y por tanto un cierre de la membrana celular al paso de cualquier tóxico que le llegue.
El gorro debe mantenerse puesto en cada sesión desde aproximadamente media hora antes de la infusión del medicamento, durante todo el proceso y hasta una hora y media posterior a recibir la quimioterapia. Se coloca dejando las orejas y la frente sin cubrir y para que sea más efectivo es recomendable que el pelo esté mojado previamente.
Además,es imprescindible empezar el tratamiento desde la primera sesión, ya que desde ese primer momento puede caerse el pelo.
ALTA EFECTIVIDAD
Varios estudios científicos y ensayos clínicos a nivel mundial han demostrado que la efectividad de este sistema puede varia desde un 43% (en los casos tratados con fármacos más agresivos como Antraciclinas) al 87% (en los menos agresivos) llegando incluso en algunos casos hasta el 93% de los pacientes tratados.
Oncobel es, además, un tratamiento que no limita su calidad de vida. El paciente, mientras tenga puesto el gorro, puede dormir, leer, comer, beber, escuchar música o incluso ir al baño. No tiene ningún impedimento, sólo notará una sensación de frío al principio, pero totalmente soportable que luego desaparece.
Aunque todavía no está financiaro por la Seguridad Social, su coste no es mayor que el de una peluca de alta calidad y cualquier paciente puede solicitarlo en centros públicos y privados. De hecho, en algunos hospitales como el de Ourense, se ha ofrecido de manera gratuita durante un año, financiado por distintas fundaciones, y los pacientes han respondido muy favorablemente.