Para muchas personas que intentan luchar contra el vello, depilarse supone un auténtico trauma. Y es que, experimentar con diferentes tipos de técnicas de depilación y no encontrar aquella que elimine el vello de forma duradera y eficaz ha pasado a la historia, así como las máquinas depilatorias o las cuchillas de afeitar.
Actualmente, hay nuevas formas de depilación que están revolucionando el mundo. Según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el láser y la luz pulsada (IPL) son dos métodos de eliminación progresiva y definitiva del vello. Muy similares pero no exactamente iguales.
Sin meternos demasiado en aspectos técnicos, las principales diferencias radican en las características de la propia luz y en la forma de aplicación.
La luz láser es monocromática y utiliza una única longitud de onda; mientras que la IPL es una luz formada por distintos colores y puede moverse en distintas direcciones y distintas longitudes, hecho que hace que resulte más versátil y adecuada en aquellos casos en los el fototipo puede restar efectividad al láser.
La forma en la que actúan es la misma. La luz, en ambos casos, se dirige a la zona donde se quiere eliminar el vello, incide sobre la melanina y llega al folículo provocando, mediante el aumento de la temperatura, su progresiva destrucción.
Un método no es mejor que otro, se trata de identificar cuál es el mejor tratamiento en función del vello y la piel de cada persona
La técnica de aplicación, en cambio, difiere, ya que, en el caso del láser, la luz se dirige a la zona a tratar de manera continuada mientras que, como su nombre indica, la luz pulsada lo hace con impulsos discontinuos.
Si tu piel es clara y tu vello oscuro, no hay duda, el láser te dará excelentes resultados pero si tu fototipo no está tan bien definido, antes de elegir un determinado tratamiento debes realizar un mínimo estudio preliminar de las características de tu piel y pelo para determinar cuál es la mejor opción.
Para que la depilación a través de luz sea efectiva, el paciente debe informarse sobre qué tipo de láser utiliza el centro en el que piensas realizar la fotodepilación y confirmar que es el idóneo para ti.
Un método no es mejor que el otro, solo se trata de acertar en la elección de aquella luz (láser o IPL) capaz de eliminar tu vello en el menor número de sesiones posible.
Asimismo, los especialistas desaconsejan el uso de aparatos caseros de depilación definitiva, ya que lo único que se consigue es que se retrase el crecimiento del vello.
Y es que, en los últimos tiempos, han surgido aparatos que aseguran en su publicidad una depilación definitiva y a los que se puede acceder a través de Internet, así como en centros comerciales y tiendas especializadas.
El precio ronda entre los 300 y 600 euros, y pueden ayudar a conseguir una eliminación temporal del vello pero nunca una depilación definitiva, ya que estos sistemas no tienen la energía suficiente como para eliminar la raíz del folículo piloso.
Además, no están exentos de producir efectos secundarios, como pequeñas quemaduras, por ello, los expertos recomiendan tener ciertas precauciones a la hora de usarlos, leer bien los libros de instrucciones, y, sobre todo, evitar su uso cuando uno tiene la piel bronceada.
En el caso de que se quiera conseguir una eliminación total, los profesionales aconsejan acudir a clínicas especializadas donde sean atendidos o supervisados por médicos que conozcan el correcto uso de estos aparatos.