Si hay algo que la humanidad ha ganado a lo largo de la historia, son años a la vida. España cuenta con miles de personas centenarias que llegan a los 100 con una calidad de vida más que aceptable. Los 50 de ahora no se parecen en nada a los de hace medio siglo, las personas se sienten y quieren verse jóvenes y sanas. Opciones para mejorar el aspecto físico hay muchas, pero desde la dermatología estética se ofrecen alternativas que dejan de lado el quirófano sin mermar los resultados. Uno de los recursos que más éxito está generando es la aplicación de ácido hialurónico.
''El objetivo actual con el que llegan muchas personas a nuestras consultas es mejorar su aspecto cuando este cambia debido al paso de los años. Este cambio tiene que ver tanto con la salud de nuestra piel, arrugas, surcos y volúmenes como con el reflejo emocional de nuestro rostro, el denominado reconocimiento facial emocional. Con los años, nuestro rostro muestra cambios anatómicos permanentes, similares a los que observaríamos en los estados de cansancio, tristeza, enfado o flacidez. En nuestra mano está el mostrar a nuestros pacientes todas las opciones que tenemos en dermatología estética para abordar estas necesidades desde la salud y la naturalidad. Unas de las que más se utilizan por el gran resultado que genera, son las nuevas técnicas infiltrativas con ácido hialurónico de última generación'', señala el doctor Agustín Viera Ramírez, coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la AEDV y especialista de la Clínica Canarias Dermatológica de Las Palmas de Gran Canaria.
Opciones para mejorar el aspecto físico hay muchas, pero desde la dermatología estética se ofrecen alternativas que dejan de lado el quirófano
La sustancia estrella que se emplea en estas técnicas infiltrativas es el ácido hialurónico, presente de forma natural en la piel y otros tejidos del cuerpo humano. Se trata de un polisacárido del grupo de los glucosaminoglicanos que se empezó a sintetizar a mediados del siglo XX con diferentes fines médicos. Entre sus propiedades, está la de retener grandes cantidades de agua y contrarrestar la formación de arrugas, generar la formación de colágeno y modificar la morfología de los fibroblastos.
Debido a sus propiedades, en medicina tiene diferentes usos, desde la cicatrización de heridas o úlceras por decúbito, como complemento a implantes en odontología, tratamiento para dolor articular, etc. Sin embargo, donde se ha disparado su uso es en el campo de la cosmética y la estética.
''Desde el Gedet, hemos puesto en marcha cursos para residentes o dermatólogos que quieran formarse en dermatología estética porque nuestra especialidad aporta un grado de conocimiento vital sobre la piel y sus estructuras necesario para lograr resultados estéticos armoniosos y satisfactorios minimizando los riesgos que pueden surgir en manos inexpertas'', apunta el doctor Viera Ramírez.
La doctora Sara Carrasco Sánchez destaca la importancia de elegir ponerse en manos de un buen profesional. ''A nuestras consultas llegan personas que, tras someterse a una técnica antienvejecimiento elegida más por el coste que por otro motivo, presentan infecciones, daños vasculares o descontento en general con el resultado. Cuando tienen estos problemas es cuando buscan el profesional de referencia'', subraya.
Lo triste, reflexiona, es que esos problemas podrían haberlos evitado si, desde el principio, hubieran tenido en cuenta que estas técnicas deben ser utilizadas por especialistas como los dermatólogos.
El empleo de ácido hialurónico permite mejorar la calidad de la piel, modificar la estructura facial y luchar contra el envejecimiento
Porque, en buenas manos, el empleo de ácido hialurónico permite mejorar la calidad de la piel, modificar la estructura facial, luchar contra el envejecimiento y todo ello, como apunta la doctora Carrasco Sánchez, bajo el paraguas de la armonización facial. ''Esto es muy importante porque la persona que quiere mejorar su aspecto también quiere reconocerse una vez realizado el tratamiento, quiere que se produzca un embellecimiento sin alterar considerablemente sus ''rasgos de identidad''. Por eso perseguimos una armonización facial integral'', manifiesta.
Existen diferentes tipos de ácidos hialurónicos con distintas densidades y fortalezas, algunos se usan en cremas y muchos otros en inyectables. En función de sus propiedades, los dermatólogos los utilizan para unos fines u otros. ''Algunos nos sirven para corregir estructuras, por ejemplo, modificar un mentón pequeño, la forma de una nariz o resaltar pómulos, sin cirugía, solo con ácido hialurónico. Otros tipos se utilizan para borrar cicatrices, atenuar ojeras, elevar cejas, rellenar surcos y arrugas profundas, e incluso prevenir los signos del envejecimiento, ya que se utiliza como elemento de sostén para luchar contra la caída de los tejidos''.
Tanto el doctor Viera Ramírez como la docotra Carrasco Sánchez reconocen que hay que recurrir periódicamente a esta y otras técnicas para mantener un aspecto armonizado. ''El envejecimiento es un continuo y los tratamientos también deben de serlo. Hay que tener en cuenta que la duración del efecto que produce el ácido hialurónico no es eterna, ya que esta sustancia la va reabsorbiendo el propio cuerpo. Su permanencia dependerá del tipo de ácido hialurónico utilizado y de la zona donde se ha empleado, y esto oscila entre los 6 y los 18 meses'', apunta la doctora Carrasco Sánchez.
Finalmente, el coordinador del Gedet insiste en que una de las grandes ventajas de esta técnica es que logra un aspecto natural y armonizado de la persona, junto con un nivel de seguridad muy elevado siempre que sea utilizado por un especialista. ''Esto en definitiva es lo que genera un bienestar físico y psicológico en la persona que consigue mejorar su aspecto con un efecto muy positivo en su salud mental'', concluye.