En la actualidad, un 35,9% de la población española utiliza los servicios de Medicina Estética, lo que supone un crecimiento de 5,4 puntos porcentuales en los dos últimos años y, de los que recurren, cuatro de cada diez lo hacen a partir de los 26 años, según un estudio presentado el pasado miércoles por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
Uno de los factores principales de este nuevo sector de consumidores es la aparición de los selfies, el fenómeno influencer y la difusión que la medicina estética tiene en las redes sociales. Este hecho marca un cambio sobre los motivos que en un principio tenían los pacientes que pretendían reducir los signos de envejecimiento ya que ahora lo que se busca es el embellecimiento para ganar autoestima y ofrecer su mejor versión.
Estos factores, sumados a una falta de legislación del sector, ligado a unos bajos precios, una buena calidad de los productos y una corta duración de los efectos de los tratamientos, genera un uso abusivo y, en ocasiones, sin control a cada vez más temprana edad.
Uno de los factores principales de este nuevo sector de consumidores es la aparición de los selfies, el fenómeno influencer y la difusión que la medicina estética tiene en las redes sociales
El doctor Óscar Junco, cirujano, médico estético y director médico de Dr. Junco, Cirugía Plástica y Estética (Hospital SANITAS CIMA de Barcelona) ha querido mostrar su preocupación sobre la situación de la medicina estética en la actualidad.
Tras 16 años dedicados tanto a la cirugía estética como a la medicina estética en toda su extensión, el doctor Junco afirma que el hecho de que hoy en día que se haya ‘democratizado’ la medicina estética, resulta muy positivo ya que es posible gracias a ella ofrecer nuestra mejor cara y aumentar nuestra autoestima al conseguir potenciar nuestros rasgos, atenuar los signos de cansancio, prevenir y tratar el envejecimiento.
Pero también alerta sobre el hecho de que “dicha democratización, llevada a un extremo, sino se tienen en cuenta una serie de premisas, podría provocar un efecto totalmente contrapuesto. Ya sea por iniciar los tratamientos a una edad muy temprana, por abusar de ellos en cuanto a dosis/cantidad y/o frecuencia, o por ser llevados a cabo por profesionales poco experimentados”.
Baby-Botox, labios exageradamente hinchados, pómulos y mandíbulas excesivamente marcadas, caras de porcelana, etc., son ejemplos de extremismo y de ‘anti-naturalidad’. Por lo que el doctor recuerda que “no hay que olvidar nuestras premisas: naturalidad ante todo y ‘menos es más’".
Mientras que en cirugía estética las técnicas existentes se han ido modulando y perfeccionando, en el caso de la medicina estética, sí se han producido grandes cambios en los últimos quince años. Actualmente, existen productos muy específicos y de muy buena calidad, a diferencia de los primeros que se usaban, que, en un alto porcentaje de casos, podían producir rechazo o dejar secuelas, sobre todo, porque eran permanentes.
Por ello, su consejo es acudir siempre a un buen profesional con una formación intensa y experiencia continuada a lo largo de los años, recibir un buen asesoramiento, tener unos cánones de belleza coherentes y no dejarse influenciar por las modas.