Si alguna vez te has hecho un piercing, te has sometido a una cirugía o has sufrido algún tipo de lesión en la piel, es posible que hayas escuchado hablar de los queloides. Estas cicatrices, aunque no son peligrosas, pueden resultar molestas y afectar la estética de la piel. Pero, ¿qué son exactamente los queloides y por qué algunas personas los desarrollan mientras que otras no?
Un queloide es una cicatriz hipertrófica que se extiende más allá de los bordes de la herida original. Según explcia en su post de Instagram la Dra. Carolina Domínguez, conocida en redes como @dermatologa_alrescate, a menudo aparece como un bulto elevado y grueso de color rojizo, marrón o púrpura. Aunque los queloides no representan un riesgo para la salud, pueden generar molestias, dolor o picazón, y suelen ser una preocupación estética para quienes los padecen.
Los queloides suelen aparecer después de cualquier tipo de lesión en la piel
Los queloides suelen aparecer después de cualquier tipo de lesión en la piel. Entre las causas más comunes se encuentran los cortes, quemaduras, cirugías, perforaciones (como los piercings) e incluso el acné. Sin embargo, no todas las cicatrices se convierten en queloides. Algunas personas son más propensas a desarrollarlos debido a varios factores que influyen en su aparición.
Existen diversos factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar queloides. Entre ellos se incluyen:
- Genética. Si algún miembro de tu familia tiene tendencia a desarrollar queloides, es más probable que tú también los desarrolles.
- Edad. Las personas entre los 10 y 30 años son más propensas a experimentar este tipo de cicatrices.
- Color de piel. Las personas con piel más oscura, como las de origen africano, asiático o latino, tienen un mayor riesgo de formar queloides.
- Localización. Ciertas áreas del cuerpo, como el pecho, los hombros, las orejas y la mandíbula, son más susceptibles a la formación de queloides.
Prevenir los queloides no siempre es posible, pero hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir su aparición. Es fundamental mantener las heridas limpias y bien cubiertas, ya que esto puede evitar el desarrollo de cicatrices anormales. Además, el uso de apósitos de presión o parches de silicona en las zonas afectadas puede disminuir el riesgo de que se formen queloides.
Si tienes antecedentes familiares de queloides o has tenido uno en el pasado, lo más recomendable es evitar perforaciones o procedimientos en áreas de alto riesgo, como las orejas o el pecho. Asimismo, es fundamental consultar a un dermatólogo antes de someterte a cualquier procedimiento estético o quirúrgico, como piercings o tatuajes.
A pesar de que los queloides no siempre desaparecen por sí solos, existen varios tratamientos disponibles para reducir su tamaño y mejorar su apariencia
A pesar de que los queloides no siempre desaparecen por sí solos, existen varios tratamientos disponibles para reducir su tamaño y mejorar su apariencia:
- Cremas con corticoides. Ayudan a reducir la inflamación y el tamaño del queloide.
- Inyecciones de corticoides. Se administran en el queloide para disminuir su tamaño desde adentro.
- Láser. Este tratamiento puede ayudar a reducir el enrojecimiento y aplanar el queloide.
- Cirugía. En casos severos, se puede optar por la extirpación quirúrgica, aunque existe el riesgo de que el queloide reaparezca.
Los queloides, aunque no son peligrosos, pueden ser una molestia estética y emocional para muchas personas. Si tienes tendencia a desarrollar queloides o ya has notado la aparición de uno, es crucial consultar a un dermatólogo para recibir el tratamiento adecuado. Con los cuidados y tratamientos adecuados, es posible minimizar su impacto y evitar que empeoren. Recuerda siempre informarte y tomar precauciones antes de someterte a cualquier tipo de procedimiento en la piel.