La tecnobelleza es un término relativamente nuevo que desde hace unos años no para de aparecer en los medios y revistas. ¿Pero qué es exactamente? Según la RAE, la tecnología es ''el conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico''. Este término y concepto aplicado al sector de la belleza da el resultado de dispositivos y aplicaciones de realidad aumentada que se adaptan a las nuevas necesidades del sector de la belleza.
La adaptación de todas las innovaciones tecnológicas a la belleza ha supuesto una revolución en el sector, siendo el principal objetivo de las marcas líderes en este nuevo mercado ofrecer productos y servicios cada vez más personalizados incorporando lo último en I+D. Es por ello que es un sector que no para de crecer y está resultando ser un mercado potencial y resistente.
¿Cómo comienza este nuevo mercado? Con la ayuda de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, las empresas de belleza y cosmética están descubriendo nuevas posibilidades para seguir ofreciendo productos nuevos que sigan impactando en el mercado. La inteligencia artificial ayuda a comprender mejor las preferencias de los consumidores al analizar los comentarios de los clientes, el tipo y tono de piel, la estructura morfológica tanto del cuerpo como del rostro e incluso se puede analizar al instante las necesidades actuales de la piel, pelo o cuerpo. Todo esto ha ayudado a impulsar y consolidar este nuevo mercado, ofreciendo a los nuevos consumidores rutinas de belleza basadas en el conocimiento y personalización de los tratamientos.
En cambio, la realidad aumentada ha ayudado a que muchos consumidores del sector de la cosmética puedan visualizar los resultados del uso de ciertos productos o cambios estéticos antes de realizar la compra o tratamientos. Son muchas las aplicaciones móviles que existen para comprobar que corte o color de pelo pueden favorecer más la imagen.
La adaptación de todas las innovaciones tecnológicas a la belleza ha supuesto una revolución en el sector
¿Hasta dónde va a llegar esta nueva tendencia? Las posibilidades de innovación cada vez son más infinitas, cada nueva tecnología que sale al mercado la industria de la belleza las adapta para poder cubrir las nuevas necesidades y tendencias del mercado.
Hace unos años para saber si te gustaba un pintalabios tenías que ir a una tienda a probarlo y ahora se puede saber solo con descargarse una aplicación. Del mismo modo pasaba cuando no sabías que crema o producto se adaptaría mejor a tu tipo de piel y se necesitaba acudir a expertos para conocer sus necesidades, a día de hoy ya existen medidores en el mercado que facilitan tanto a profesionales como a consumidores ese análisis de una forma inmediata y concisa.
Del mismo modo ocurre con las largas rutinas de belleza, en la actualidad ya no es necesario esperar 20 minutos a que una mascarilla facial haga efecto, ni es necesario invertir otros 15 minutos en realizarse un masaje facial a diario para mantener el rostro tonificado. Los dispositivos de tecnobelleza son los mejores aliados para reducir el tiempo de estos tratamientos y obtener resultados profesionales.
¿Inspiración o adaptación? Muchos de los dispositivos y aplicaciones que se engloban en este nuevo sector surgen de cubrir las necesidades de una forma más eficiente utilizando recursos tecnológicos ya existentes.
La realidad aumentada surge en el 1990 por Boeing Tom Caudel con el fin de mejorar procesos de fabricación, pero su aplicación en el sector de la belleza no se llevó a cabo hasta muchos años más tarde. Esta tecnología fue una adaptación a un sector nuevo para el que no estaba pensando, el avance de las tecnologías móviles y las cámaras de fotos con mejor resolución hizo posible que esta tecnología se convirtiese en una revolución en el sector de la tecnobelleza.
El dispositivo Bear de Foreo combina las microcorrientes y las pulsaciones T-Sonic para reafirmar y tensar la piel
Otra tecnología que ha revolucionado el sector de la tecnobelleza ha sido la electroestimulación, pero lo más curioso es que se utilizaba desde hace siglos. En el antiguo Egipto ya se utilizaban anguilas eléctricas, peces gatos o peces torpedos que generaban descargas eléctricas para tratamientos de ciertas patologías. Con el paso de los siglos este descubrimiento siguió siendo estudiado hasta lo que ha día de hoy conocemos como electroestimuladores musculares que permiten entrenar aquellas fibras que intervienen en la musculatura que se quiere potenciar. Gracias a los egipcios, en la actualidad este avance tecnológico se aplica tanto como para la recuperación de una lesión, para tonificar la musculatura y mejorar el riego sanguíneo. En la tecnobelleza esta nueva tecnología es más conocida como microcorrientes, utilizadas para la tonificación de los músculos faciales.
El dispositivo Bear de Foreo combina las microcorrientes y las pulsaciones T-Sonic para reafirmar y tensar la piel. El Anti-Shock System garantiza tratamientos sin descargas para una máxima seguridad y comodidad. Gracias a esta innovación y adaptación tecnológica se consigue una piel más tersa y firme gracias al efecto lifting facial no invasivo.
El análisis de impedancia bioeléctrica también hace uso de las corrientes eléctricas. Esta tecnología consiste en mandar una pequeña corriente eléctrica no invasiva para detectar la composición proximidad del cuerpo. Esta tecnología surge para centros médicos y con el paso de los años ya se ha adaptado y simplificado para llegar a todos los hogares. Estos nuevos dispositivos ofrecen datos orientativos sobre el agua corporal, grasa corporal, musculatura e incluso calculan la edad corporal.
La tecnobelleza ha llegado para quedarse, la aplicación de las últimas innovaciones tecnológicas en el sector de la belleza es a día de hoy un hecho. Es la reinvención y adaptación de dos sectores que gracias a grandes mentes innovadoras que rompen con los esquemas tradicionales han conseguido fusionar dos sectores para crear un nuevo concepto, la tecnobelleza.