Una de las últimas polémicas relacionadas con el mundo de la Medicina Estética y que ha dado mucho de qué hablar en las últimas semanas tiene que ver con los fillers o rellenos estéticos. De repente, circulan muchas dudas sobre ellos, cuestionando si son materiales reabsorbibles o si son capaces de modificar los rasgos faciales para siempre. Hablamos de sustancias tan utilizadas en el mundo de la belleza como el ácido hialurónico, el bótox o la hidroxiapatita de calcio…
Para despejar todas las dudas, la Dra. Carmen Górriz, médico-estético de IMR, ha decidido hablar como profesional para una tendencia estética que lleva en auge desde la década de los 90. La experta reconoce que, en sus inicios, “los rellenos se utilizaban en exceso, resultando en una apariencia exagerada que daba lugar a facciones como la conocida «boca de pato»”. Este resultado surgía por la combinación de “técnicas menos refinadas y la búsqueda de resultados dramáticos”, explica.
Sin embargo, los avances en Medicina Estética han permitido ir perfeccionando las técnicas para permitir “un enfoque más natural y sutil gracias a la utilización de productos más avanzados y a la personalización de los tratamientos”, los cuales se adaptan a la anatomía de cada paciente. Asimismo, estos avances también han permitido que cada vez se hable más y más de la huella estética, para concienciar no sólo sobre los resultados inmediatos de los procedimientos, sino también en el futuro.
"El enfoque personalizado asegura que se elija el relleno más adecuado y se logren resultados mucho más naturales y armoniosos"
A este respecto, la Dra. Górriz recuerda que “es crucial acudir a un profesional experimentado que utilice técnicas precisas y ajuste las cantidades de relleno a las necesidades individuales del paciente”. Gracias a un “protocolo exhaustivo”, en el que se incluyen la evaluación detallada del paciente, un análisis de su anatomía facial y sus necesidades estéticas, los mejores resultados estarán garantizados.
Pero otro aspecto a tener en cuenta son las expectativas de los pacientes y sus opciones de tratamientos. “Este enfoque personalizado asegura que se elija el relleno más adecuado y se logren resultados mucho más naturales y armoniosos”, recuerda la experta. Además, permite evitar fenómenos como laPillow Face, que aparece cuando se inyecta demasiado material de relleno facial y se obtiene un aspecto inflado y antinatural. “Esto suele deberse al exceso de volumen y a una técnica de inyección inadecuada. De ahí la importancia de un buen profesional y el asesoramiento personalizado”, añade.
POSIBLES PELIGROS CON LOS RELLENOS ESTÉTICOS
Los rellenos faciales son ya unos grandes conocidos en el mundo de la belleza y la estética. Se trata de materiales inyectables que dan volumen para suavizar arrugas y líneas de expresión, para mejorar los contornos faciales o incluso para hidratar la piel. Los más populares son el ácido hialurónico y los inductores de colágeno, entre los que destacan productos como el ácido poliláctico o la hidroxiapatita de calcio.
Algunas de las preguntas que han circulado estos días tienen que ver con cuál de ellos puede resultar más peligroso, si pueden migrar hacia otras zonas del cuerpo o si no son reabsorbibles, tal y como se ofrecen. Pues bien, la doctora explica que “algunos rellenos permanentes, como los basados en silicona, pueden modificar los rasgos faciales de forma duradera”.
“El riesgo depende en gran medida de factores como la técnica del médico, la calidad del producto utilizado o la anatomía del paciente”
Otros rellenos, como los de ácido hialurónico, “aunque generalmente se absorben en 6-12 meses, pueden dejar «restos» en forma de cambios sutiles en la estructura del tejido”. Con un plan de tratamiento adecuado, la posible consideración de disolver cualquier exceso con hialuronidasa si fuera necesario, y el uso responsable de las inyecciones, se pueden evitar esos «restos».
Una de las dudas que más inquietaba respecto a este material es su capacidad de migrar por el rostro. La experta lo aclara: “Este relleno atrae y retiene agua, lo que puede causar un aumento del volumen. Aunque es raro, puede migrar ligeramente desde el lugar de la inyección, especialmente si se aplica en exceso o en áreas con mucha movilidad”, expone.
Otra gran pregunta tenía que ver con los posibles peligros asociados al uso de los rellenos faciales. Aquellos basados en silicona son los que “tienden a presentar más problemas debido a su incapacidad para ser reabsorbidos por el cuerpo”, por lo que a largo plazo podrían derivar en complicaciones como infecciones crónicas, formación de bultos o nódulos, migración del relleno o incluso reacciones inflamatorias. La Dra. Górriz especifica que “el riesgo depende en gran medida de factores como la técnica del médico, la calidad del producto utilizado o la anatomía del paciente”. Para que podamos hacernos una idea, el ácido hialurónico puede durar de 6 a 12 meses, mientras que otros, como la hidroxiapatita de calcio, perdura hasta 18 meses.
¿QUÉ RELLENO APLICAR EN CADA ZONA?
Por todas estas características, la médico-estético prefiere optar por los rellenos de ácido hialurónico. Son más seguros, eficaces y reversibles. “Son ideales para los labios, los pómulos, la región mandibular, los surcos nasogenianos, la sien, el código de barras y las líneas de marioneta”, indica la experta. En cambio, “los rellenos como la hidroxiapatita de calcio pueden ser útiles para generar tensión especialmente en la región cerca de la mandíbula o los pómulos, debido a su capacidad para estimular la producción de colágeno”.
"Los rellenos de ácido hialurónico dejan menos huella estética debido a su naturaleza reversible"
Ambos productos tienen la capacidad de aportar volumen, si bien es cierto que el ácido hialurónico es el filler estrella por su naturaleza reversible y su buena integración en los tejidos, características que minimizan su huella estética. Sin embargo, si el paciente prefiere obtener un rostro más armónico y natural, deberá optar por los rellenos de polinucleóticos o ácido poliláctico. Estos materiales estimulan la producción de colágeno sin aportar volumen inmediato.
Desde IMR prefieren la combinación de tratamientos para obtener resultados naturales y armónicos, como por ejemplo, el uso de rellenos de ácido hialurónico con tratamientos para el rejuvenecimiento facial como los ultrasonidos o la radiofrecuencia con microagujas. Otra opción combinable es el uso del bótox o toxina botulínica con polinucleótidos y láser, para suavizar arrugas dinámicas y mejorar la textura y el tono de la piel. Así es posible cambiar el enfoque y hablar de una ‘huella estética positiva’.