En verano es raro quien no pasa unos días en la playa o en la piscina. Con la llegada de las altas temperaturas, muchos de nosotros escapamos a entornos acuáticos para refrescarnos e intentar poner remedio al calor, así que lo más normal es que pillemos un poco de color en la piel. Aunque nos protejamos con crema solar para evitar quemaduras y problemas más graves, como podría ser el melanoma, siempre terminamos bronceándonos en mayor o menor grado y en función de nuestro fototipo de piel.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué algunas zonas de nuestro cuerpo no se ponen morenas, a pesar de estar expuestas al sol? Por ejemplo, las plantas de las manos y de los pies. Aunque es cierto que estas partes tienen un contacto menos directo con los rayos solares, nunca cogen color, y desde Estetic queremos daros la respuesta. ¡Te lo contamos!
ASÍ ES EL PROCESO DE BRONCEADO DE NUESTRA PIEL
Antes de conocer por qué algunas zonas de nuestro cuerpo no se ponen morenas, debemos entender cómo es el proceso por el que la piel se broncea. Este cambio en nuestra dermis es, en realidad, un mecanismo de defensa del organismo para protegerlo de los efectos de los rayos UV y se produce por la activación de la producción de melanina en nuestro cuerpo. Esta sustancia es el pigmento encargado de dar color a la piel, y es producida por los melanocitos, las células que se pueden transformar en cáncer de piel o melanoma cuando no se toman las precauciones necesarias.
Los melanocitos son las células encargadas de producir la melanina
El bronceado es un proceso muy rápido que en sólo 10 minutos desde que comenzamos el tiempo de exposición al sol puede volver más marrón la tonalidad de nuestra piel. Sin embargo, en los casos en los que el fototipo de piel es más claro, los melanocitos no se activan de igual manera y en vez de coger color, se pueden producir quemaduras o eritemas solares.
BRONCEADO EN MANOS Y PIES
Hay partes de nuestro cuerpo que, a pesar de encontrarse expuestas al sol, no se broncean. Estas son las palmas de las manos y los pies y ocurre porque tienen un mayor grosor de piel. Los melanocitos se encuentran en la epidermis, es decir, en la capa más externa, y su grosor puede llegar incluso a triplicar el de otras zonas. Por lo tanto, la radiación no traspasa de igual manera y los melanocitos no se activan para cambiar la pigmentación de la piel en estas zonas.
Respecto al cuidado solar, manos y pies son los grandes olvidados a la hora de echarnos crema solar y aunque no se pongan morenos, también se pueden quemar con el sol. Así que este verano no te olvides de proteger estas zonas con lociones solares, para evitar quemaduras o problemas dermatológicos mucho mayores, como el cáncer de piel.