Existen dos tipos de uñas: uñas fuertes y uñas débiles. Para que cada mujer quede satisfecha con el aspecto de sus uñas el mercado ofrece varios tipos de servicios: esmaltado permanente, acrílico, gel, acrigel...
Si habitualmente cada mujer elige a un médico especialista, un peluquero, un entrenador personal, etc., ¿por qué no elegir del mismo modo a su especialista de manicura?
Según Elena Daudova, fundadora de Daudova Beauty, el trato personalizado en función de las características de las uñas es una garantía de óptimos resultados estéticos. Un buen profesional de servicio de manicura sabe desde el primer momento cuál es el mejor producto adecuado para sus uñas sin dañarlas.
Para que cada mujer quede satisfecha con el aspecto de sus uñas el mercado ofrece varios tipos de servicios
Las uñas fuertes admiten unos cuatro tipos de coberturas (esmaltado permanente, acrílico, acrigel o gel). En el caso de las uñas débiles es necesario efectuar pruebas especiales con el fin de elegir el producto que cumpla a la perfección con el protocolo del servicio de uñas.
MITOS A DESTERRAR
Uno de los mitos más frecuentes sobre las uñas artificiales radica en que estas dañan la placa ungueal, pero no es cierto. Como profesional con 17 años de experiencia, Elena Daudova asegura que el seguimiento estricto del protocolo y el uso de buenos productos garantizan la conservación de las uñas.
Otro mito muy extendido es que este tipo de servicio se puede efectuar rápido, pero tampoco es cierto. Bajo ningún concepto. La rapidez del trabajo depende del estado de las cutículas y de si se trata de la primera puesta o del relleno. Si es la primera puesta, el servicio puede concluirse en unos 40 minutos, en cambio, el proceso del relleno o el cambio del producto requiere alrededor de una hora y media. El profesional ha de trabajar meticulosamente, sin prisa, para no quitar con la freza o la lima la capa superior de la uña dañándola.
Precisamente otra creencia generalizada, que el esmalte permanente estropea la uña natural, surgió como resultado de los trabajos ''low cost'' mal realizados. En estos salones el objetivo es realizar muchos servicios al día, cosa que no permite prestar la debida atención a la calidad del trabajo. Al igual que no nos convence una consulta rápida del médico o del peluquero. No deberíamos conformarnos con un servicio de uñas ultra rápido.