La nariz es la parte central de la cara y los pequeños cambios pueden hacer grandes diferencias en su apariencia.
Por ello, mucha gente recurre a la rinoplastia líquida o rinoplastia no quirúrgica, que es la inyección de rellenos dérmicos en la nariz para alterar su forma. Es una gran opción para pacientes que tienen deformidades aisladas de la nariz, como una joroba dorsal o asimetrías menores.
Una rinoplastia no quirúrgica también es una gran opción para aquellos que desean resultados instantáneos
Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, también puede ser una gran opción para aquellos pacientes que se han sometido a una rinoplastia en el pasado y que tienen pequeñas irregularidades después de la operación. Sin embargo, estos pacientes requieren más experiencia y cuidado en sus inyecciones ya que el suministro de sangre ya se ha modificado después de la cirugía y los riesgos de complicaciones pueden ser mayores.
Asimismo, una rinoplastia no quirúrgica también es una gran opción para aquellos que desean resultados instantáneos, no puedan permitirse una rinoplastia quirúrgica y no puedan tomarse un tiempo considerable sin trabajar.
Finalmente, los pacientes también pueden someterse a una rinoplastia líquida para "probar" si quieren dar el paso y obtener una cirugía más definitiva.
Por otro lado, es importante recordar que durante este procedimiento, se inyecta relleno, por lo que se agrega volumen. En este sentido, esta técnica por defecto aumentará la nariz, por lo que no es una buena opción para aquellos pacientes que ya tienen una nariz con mayor tamaño y necesitan una reducción.