Halloween es la noche más terrorífica del año, esa época en la que todos, desde los más pequeños hasta los más mayores, salen a lucir sus disfraces. Máscaras, pelucas, trajes de todos los colores, maquillaje, lentillas e incluso accesorios para los dientes son algunos de los elementos que más se adquieren en esta fecha. Sin embargo, para conseguir tu disfraz de vampiro, bruja u hombre lobo no todo vale: usar estos elementos puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud.
En primer lugar, el maquillaje es el principal elemento para lograr dar miedo. El problema radica en que, con las prisas, muchas veces compramos pinturas para la cara y cuerpo en lugares poco recomendables. Estos productos pueden contener sustancias químicas que no son inocuas, como recuerda la OCU, pudiendo dar lugar a reacciones alérgicas o de sensibilidad. Del mismo modo ocurre con los esmaltes de uñas.
Irritación de la piel, alergias, intoxicación, infecciones cutáneas y problemas oculares son solo algunas de las consecuencias que podemos sufrir por no adquirir materiales de confianza
Muchos de estos productos pueden contener altas concentraciones de plomo o mercurio, que nuestro cuerpo puede absorber. Irritación de la piel, alergias, intoxicación, infecciones cutáneas y problemas oculares son solo algunas de las consecuencias que podemos sufrir por no adquirir materiales de confianza. Pero, en el caso concreto de los ojos, hay otro potencial peligro: las lentillas.
La adquisición de estos accesorios fuera de las ópticas y sin la adecuada supervisión de un profesional óptico-optometrista puede llegar a comprometer la calidad de vida del usuario. Las lentillas destinadas a modificar la apariencia y el color de los ojos son fácilmente accesibles a través de Internet, bazares o centros de belleza sin garantías sanitarias. Esto puede provocar irritación, conjuntivitis, reacciones alérgicas o pérdida de visión. No hay que olvidar que las lentes de contacto, aunque cosméticas, son un producto sanitario de adaptación individualizada.
Además, las pestañas postizas o las pelucas pueden desprender partículas que se introducen en los ojos, y las máscaras y antifaces, más allá de una visión limitada que aumente el riesgo de caídas y accidentes, deben permitir también una adecuada ventilación. En el caso concreto de que se vaya a llevar peluca, es recomendable que esta sea de materiales como el nailon y el poliéster, para que sean resistentes al fuego. En estas celebraciones se hace uso de velas y se suele consumir tabaco en las casas, por lo que los materiales que se usen no pueden ser inflamables.
Pero, ¿y si en vez de peluca quiero usar pinturas de colores para el pelo? Las lacas en aerosol para el cabello, además de resecarlo, pueden contener ingredientes dañinos para nuestra salud. Además, podemos sufrir una intoxicación si inhalamos el producto o lo rociamos en la garganta o los ojos. Por ello, siempre será mejor opción emplear una peluca, siempre adquirida en un lugar adecuado y de calidad.
LOS DIENTES NATURALES, LA MEJOR OPCIÓN
Los disfraces de vampiro, hombre lobo o zombie tienen una cosa en común: la importancia de los dientes para completar el atuendo. Sin embargo, algunos colmillos, cuando son aplicados de forma incorrecta, pueden quedar pegados con tanta fuerza que pueden causar daños a los dientes reales. Además, utilizar postizos dentales durante periodos de tiempo prolongados puede irritar las encías.
La sangre falsa no es un juguete, pues se trata de un preparado con la categoría de producto cosmético y, como tal, debe cumplir unos requisitos para que su uso sea seguro
LA SANGRE FALSA, UN PELIGRO PARA LA SALUD
La OCU recuerda también que la sangre falsa no es un juguete, pues se trata de un preparado con la categoría de producto cosmético y, como tal, debe cumplir unos requisitos para que su uso sea seguro. Muchos no deben usarse en menores de 14 años, y otros directamente son solo para adultos. La sangre falsa puede contener ingredientes que pueden resultar tóxicos si se ingieren, por lo que no deben usarse cerca de la boca.
En caso de querer usarla sí o sí, la OCU recomienda leer la etiqueta para ver las advertencias de uso y los ingredientes. Además, es mejor no usarla más de unas pocas horas para evitar irritaciones, y siempre será mejor fabricarla nosotros mismos con jarabe con agua, colorantes alimentariosy harina de maíz.
La noche más terrorífica del año, además de por los dulces y los sustos, se caracteriza por el uso de disfraces, pero no todo vale para lograr dar miedo. En Halloween, tener cuidado con el maquillaje y otros productos puede ahorrarnos un verdadero susto que ponga en peligro nuestra salud, además de evitarnos un viaje por los pasillos de Urgencias.