En los últimos meses se está popularizando una nueva tendencia entre las celebrities: posar fumando. Muchas de ellas han sido interceptadas a la salida de los eventos y fotografiadas, como fue el caso de Rosalía hace no mucho, y otras directamente fuman en el escenario mientras cantan sus canciones, como Lana del Rey. Se trata de un hábito que, sin embargo, no es exclusivo de los personajes públicos, pues según la Encuesta Europea de SaludenEspaña del año 2020, el 16,4% de las mujeres y el 23,3% de los hombres fuman a diario.
Bronquitis crónica, efisema pulmonar, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares o cáncer de pulmón son solo algunas de las consecuencias que tiene fumar en la salud física. Pero, ¿sabías que también puede repercutir en tu aspecto físico? En concreto, el tabaco provoca un envejecimiento prematuro de la piel, disminuyendo la oxigenación y los nutrientes que llegan a los tejidos. “Además, reduce la producción de colágeno y elastina, lo que causa una piel más flácida, arrugas más profundas y una mayor aceleración del envejecimiento cutáneo”, explica para Estetic.es, el Dr. Antonio Clemente, dermatólogo de la AEDV.
“Como resultado, los fumadores suelen tener una cicatrización más lenta y mayor riesgo de complicaciones postquirúrgicas”
Pero, ¿qué mecanismos explican este envejecimiento acelerado? El doctor indica que el tabaco afecta a la circulación, reduciendo el flujo sanguíneo a la piel. Esto, a su vez, disminuye la llegada de oxígeno y nutrientes esenciales. “También degrada el colágeno y la elastina, proteínas que mantienen la piel firme y elástica. Por otro lado, los químicos presentes en el humo del cigarrillo incrementan el estrés oxidativo, dañando células y acelerando el proceso de envejecimiento”.
Además, más allá del aspecto envejecido, fumar también nos va a causar problemas de salud cutáneos. Por un lado, el tabaco disminuye la capacidad de la piel para cicatrizar de manera eficiente, porque la reducción del flujo sanguíneo y oxígeno afecta a la regeneración celular. “Como resultado, los fumadores suelen tener una cicatrización más lenta y mayor riesgo de complicaciones postquirúrgicas”. Aún así, las consecuencias no se limitan solo a estas.
El tabaquismo está asociado con un mayor riesgo de cáncer de piel tipo carcinoma de células escamosas, y hay estudios que indican que los fumadores tienen una menor supervivencia cuando padecen melanoma que los no fumadores, según indica el dermatólogo de la AEDV. “Esto sugiere que el tabaco afecta a la forma en la que el sistema inmune combate el cáncer una vez ha aparecido”.
LOS MALOS HÁBITOS, UN PELIGRO EN POTENCIA PARA LA PIEL
Más allá de fumar, hay otro tipo de sustancia, también muy popular, que afecta en gran medida a la salud del órgano más grande del cuerpo: el alcohol. “El alcohol deshidrata el cuerpo y, por tanto, también la piel. Esto genera resequedad y una apariencia opaca”. Además, dilata los vasos sanguíneos, pudiendo provocar enrojecimiento persistente, capilares dilatados y, en algunos casos, empeorar condiciones como la rosácea, el acné y la psoriasis.
Por último, igual que ocurre con el tabaco, acelera el proceso de envejecimiento al contribuir a la inflamación, y puede hacer que las lesiones tarden más en sanar o cicatrizar después de procedimientos quirúrgicos o heridas. Además, aunque se consuma alcohol de forma moderada, también se pueden sufrir estos efectos. “La deshidratación y la inflamación leve pueden ser suficientes para empeorar afecciones preexistentes y acelerar el envejecimiento a largo plazo”.
“La mejor recomendación es dejar de fumar y reducir o dejar completamente el consumo de alcohol”
LAS CONSECUENCIAS, MÁS COMUNES EN LAS MUJERES
Pese a que no hay diferencias muy acusadas, las mujeres tienden a mostrar signos de envejecimientoprematuro más rápido que los hombres en lo relativo al tabaquismo, “ya que su piel es generalmente más delgada y vulnerable. En cuanto al alcohol, las mujeres pueden llegar a ser más susceptibles a la deshidratación y al enrojecimiento facial, debido a diferencias hormonales y de composición corporal.
Para mitigar los efectos negativos de estos malos hábitos en la piel, se pueden utilizar productos tópicos con ingredientes como retinoides, vitamina C y ácido hialurónico para mejorar la apariencia y la salud de la piel. Aún así, “la mejor recomendación es dejar de fumar y reducir o dejar completamente el consumo de alcohol”. El experto subraya también la importancia de mantener una buena hidratación, llevar una dieta rica en antioxidantes y proteger la piel del sol con protector solar.
Fumar y beber son dos hábitos con consecuencias devastadoras para la salud, pero también agreden a nuestra piel. El envejecimientoprematuro es la consecuencia más visible de todas, pero su salud también se ve comprometida en gran medida. Aunque son varias las formas de abordar este problema, el mejor consejo del dermatólogo de la AEDV es dejar el tabaco y el alcohol.