La práctica del running provoca un gran estrés en el pie, incluso más que en otros deportes. Esto se debe a que el continuo impacto al que sometemos al pie sobre el asfalto genera muchas tensiones, por ello es esencial visitar al podólogo antes de realizar una actividad deportiva para hacer una valoración sobre el estado de los pies.
Y es que, según el Instituto de Benito, si no hacemos esto podemos sufrir algunos problemas muy frecuentes. Uno de ellos es que, durante la carrera, como consecuencia de la presión repetitiva de los dedos con el calzado deportivo se puede producir un hematoma visible, debajo de la uña. A veces pueden formarse incluso ampollas de sangre bajo estas uñas que pueden ser muy dolorosas.
Para solucionarlo hay que visitar al podólogo para que nos realice una pedicura médica para drenar la sangre acumulada, y si se ha perdido la uña, se puede hacer una reconstrucción ungueal para proteger el lecho ungueal y LLT (tratamiento laser de luz de baja frecuencia) para promover el crecimiento ungueal.
La práctica del running provoca un gran estrés en el pie, incluso más que en otros deportes
Si hay deformación digital (como dedos en garra) también se puede valorar la realización de unas siliconas a medidas para los dedos (aparato para los dedos que se confecciona a medida y catalizará dentro del calzado) para mejorar la alineación digital y proteger la piel de los dedos de roces, o una plantilla en el caso de no tener una buena pisada.
Por otra parte, cuando existe una alteración biomecánica y nuestros pies no reparten bien las presiones, la piel de esa zona generará más queratinocitos (callosidades) en ese punto para proteger las estructuras subyacentes. También sucede cuando existe exceso de fricción conjuntamente con calor y humedad apareciendo las ampollas.
Una solución puede ser la de tener la piel bien hidratada y libre de callosidades. También, el uso de las plantillas sirven para mejorar el apoyo plantar y es imprescindible utilizar un buen calzado transpirable y calcetines de fibras naturales.
Asimismo, una mala pisada puede producir dolor y lesiones en pies, tobillos, rodillas, caderas o columna lumbar. Por ello es importante realizar un estudio biomecánico y postural para la prevención y tratamiento de estas lesiones. Para solucionar esto están las plantillas, que son una base que se colocan bajo el pie y dentro del calzado, que ayudan a mejorar el funcionamiento del pie distribuyendo mejor sus presiones y mejorando la alineación con el tobillo-rodilla-cadera.