La edad y el paso del tiempo son dos de los principales factores que propician la aparición de la flacidez. Y es que, con los años, nuestro organismo disminuye la producción de colágeno. De esta forma, la pérdida de volumen, junto con las arrugas y la pérdida de densidad y luminosidad, dan al rostro una apariencia más envejecida, alterando su estructura.
Sin embargo, existen tratamientos, como el lifting no quirúrgico, que pueden retardar este proceso de envejecimiento. Eso sí, según el doctor Moisés Amselem, ''hay que abordar el tratamiento integral del rostro mediante los diferentes tercios de la cara''.
Hay que abordar el tratamiento integral del rostro mediante los diferentes tercios de la cara
En este sentido, en el caso del lifting no quirúrgico del tercio superior de la cara, se recupera el volumen perdido en la región encima de las cejas, inyectando ácido hialurónico con cánula en retrotrazantes, en forma de ''sol radiante''. Se consigue: elevar cejas y párpados de forma moderada, abrir la mirada y atenuar arrugas a este nivel.
En el lifting no quirúrgico del tercio medio de la cara, se proyecta la región malar (pómulos) y se sujeta la región zigomática, de forma que la luz proyecta una cara natural y con aspecto de estar ''descansada''. Se realiza mediante multinyecciones con cánulas siguiendo una curvatura desde la región malar, pasando por el arco zigomático hasta la región del temporal en la sien. Se consigue un efecto de sujeción de la cara, además de borrar indirectamente el surco nasogeniano, sin apenas necesidad de rellenarlo.
Finalmente, en el caso del lifting no quirúrgico del tercio inferior de la cara, para rejuvenecer y remodelar óvalos, labios y mentón, se consigue reproyectar esa zona con ácido hialurónico o con inductores de colágeno. Mediante la retensión producida con el tratamiento, se reduce el descolgamiento de todo el rostro y parte alta de la zona del cuello.