La vagina es el órgano con mayor densidad de receptores de estrógenos por superficie del cuerpo humano, que además son las hormonas producidas por los ovarios, responsables, entre otras funciones, de mantener la hidratación y el estado de trofismo de la vulva y la vagina.
Por este motivo, cuando llega la menopausia y descienden bruscamente los niveles de estrógenos, se producen cambios que se traducen en sequedad y picor, dolor y sangrado con las relaciones sexuales, atrofia de los labios; e incluso, infecciones urinarias repetidas… Y es que, con el paso de los años, las redes de colágeno van perdiendo sus puntos de unión y por tanto, la firmeza y la tensión de los tejidos (hasta en esta zona).
En este sentido, la tecnología láser también tiene cabida en ginecología en cinco casos relacionados con esta sintomatología: hiperlaxitud, incontinencia de orina y atrofia de la mucosa vaginal, además de para los distintos casos de cirugía estética íntima o vulvovaginal, y tratamiento de las lesiones producidas por el Virus del Papiloma Humano.
De esta forma, mediante golpes o disparos de calor, muy superficiales y separados por tejido sano, el láser de C02 genera pequeños traumatismos térmicos que son capaces, por un lado de destruir esos puentes de unión entre las fibras de colágeno envejecidas, y por otro, como reacción a esa pequeña agresión térmica, los fibroblastos de los tejidos reaccionan sintetizando nuevas fibras de colágeno y nuevos vasos sanguíneos que reparan el daño local.
Como consecuencia, el tejido colágeno envejecido se destruye y en su lugar se depositan nuevas fibras colágenas que dotan a la mucosa de firmeza, tensión y grosor aumentado. Así, se consigue dotar a las paredes vaginales de mayor tensión y fortaleza, consiguiendo buenos resultadosestéticos y mejores sensaciones con las relaciones sexuales.
La sesión de láser ginecológico se realiza de forma ambulatoria en consulta. Se aplica primero una pomada con anestésico local, y tras 10 minutos para conseguir el efecto anestésico, se retira y se procede a realizar a la sesión de unos 20 minutos.
Se trata de un procedimiento totalmente indoloro, y la paciente puede realizar su vida normal de forma inmediata. Para la mayoría de las mujeres basta con dos sesiones, separadas aproximadamente seis semanas. Eso sí, se aconseja el uso de un hidratante vaginal durante cinco días tras la sesión y no mantener relaciones durante la primera semana.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es
El láser de CO2 genera pequeños traumatismos térmicos capaces de destruir los puentes de unión entre las fibras de colágeno envejecidas y de sintetizar otras nuevas
Por este motivo, cuando llega la menopausia y descienden bruscamente los niveles de estrógenos, se producen cambios que se traducen en sequedad y picor, dolor y sangrado con las relaciones sexuales, atrofia de los labios; e incluso, infecciones urinarias repetidas… Y es que, con el paso de los años, las redes de colágeno van perdiendo sus puntos de unión y por tanto, la firmeza y la tensión de los tejidos (hasta en esta zona).
En este sentido, la tecnología láser también tiene cabida en ginecología en cinco casos relacionados con esta sintomatología: hiperlaxitud, incontinencia de orina y atrofia de la mucosa vaginal, además de para los distintos casos de cirugía estética íntima o vulvovaginal, y tratamiento de las lesiones producidas por el Virus del Papiloma Humano.
De esta forma, mediante golpes o disparos de calor, muy superficiales y separados por tejido sano, el láser de C02 genera pequeños traumatismos térmicos que son capaces, por un lado de destruir esos puentes de unión entre las fibras de colágeno envejecidas, y por otro, como reacción a esa pequeña agresión térmica, los fibroblastos de los tejidos reaccionan sintetizando nuevas fibras de colágeno y nuevos vasos sanguíneos que reparan el daño local.
La sesión de láser ginecológico se realiza de forma ambulatoria en consulta. Se aplica primero una pomada con anestésico local, y tras 10 minutos para conseguir el efecto anestésico, se retira y se procede a realizar a la sesión de unos 20 minutos.
Se trata de un procedimiento totalmente indoloro, y la paciente puede realizar su vida normal de forma inmediata. Para la mayoría de las mujeres basta con dos sesiones, separadas aproximadamente seis semanas. Eso sí, se aconseja el uso de un hidratante vaginal durante cinco días tras la sesión y no mantener relaciones durante la primera semana.
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