La piel es el reflejo del alma. Con el paso de los años son más las personas que recurren a la Medicina Estética para hacer frente a los efectos del envejecimiento, convirtiendo sus tratamientos no invasivos y, en muchos casos, inmediatos, en una de las consultas más habituales del siglo XXI.
La pérdida de elastina y de colágeno, una piel más seca y ajada, la disminución de la secreción sebácea o la vascularización disminuida, son algunos de los síntomas que caracterizan a este proceso de envejecimiento.
La preocupación estética más habitual entre los pacientes de medicina estética es el envejecimiento facial
Para combatirlo, desde la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), emplean una gran variedad de tecnologías y medios cosméticos en los que se trata en conjunto todos los efectos, consiguiendo una mejora en la apariencia de la piel y en su luminosidad.
La preocupación estética más habitual entre los pacientes de medicina estética es el envejecimiento facial, uno de los grandes retos para cualquier profesional relacionado con la estética. "Los rasgos faciales no paran de cambiar a lo largo de los años, la única excepción es la distancia entre los ojos, que se mantiene constante. Por eso, consideramos tan importante el estudio a través de imagen (fotos, ecografía, dermatoscopia), ya que no sólo nos van a ayudar a valorar los resultados obtenidos, sino a mantener una coherencia con los rasgos naturales a lo largo del tiempo", comentó la Dra. Concha Obregón, miembro de la junta directa de la SEME.
CÉLULAS MADRE A LA VANGUARDIA DE LAS TÉCNICAS MÉDICO-ESTÉTICAS
Esta área de la salud sigue en crecimiento. En el último Congreso Nacional de Medicina Estética (SEME) se expuso que las células madre, su secretoma y sus aplicaciones prácticas serán, probablemente, parte de las soluciones médico-estéticas del futuro, gracias a su capacidad regenerativa.
No obstante, por el momento, los médicos estéticos son capaces de realizar estudios sobre el estado de la piel y de la zona concreta a tratar, incluyendo análisis sobre la disposición de las grasas, flexibilidad de los tejidos y oxigenación de los mismos.