Cada vez las personas nos preocupamos más por nuestra estética y belleza, queremos estar bien y vernos bien, tanto por dentro como por fuera, mostrando un cuerpo sano y cuidado. El implante blanco, sin metal, es la alternativa perfecta para conseguir equilibrio en nuestro organismo y, además, ofrece a nuestra boca una estética óptima.
Para los más preocupados en obtener un resultado lo más natural posible existen opciones como el implante de zircornio. “El implante cerámico ofrece una estética superior ya que su color blanco marfil imita el color de las raíces de los dientes, mimetizándose e integrándose con los tejidos”, explica Mayra Díaz, Product Manager de Straumann.
Sonreír, hablar y gesticular, son actos habituales que realizamos a diario y que no podemos dejar de realizar por miedo a vernos mal. Es por ello que profesionales del sector han desarrollado este implante de color similar al de los dientes, que además está libre de metal. “Vernos bien, mejora nuestra autoestima, elemento clave en nuestro desarrollo social”, asegura la especialista.
Además, este tipo de implante se acopla perfectamente dentro de las corrientes de odontología libre de metal, cuyo objetivo es la correcta integración del implante con el resto del cuerpo, fomentando el equilibrio corporal del paciente.
“Después de muchos estudios y trabajos de investigación, se ha conseguido encontrar un material en el que podemos confiar por su extraordinaria dureza que se traduce en un inexistente porcentaje de fractura, al que se añade su biocompatibilidad y su buen comportamiento intraóseo”, señala también Mayra Díaz.
Para los más preocupados en obtener un resultado lo más natural posible existen opciones como el implante de zircornio. “El implante cerámico ofrece una estética superior ya que su color blanco marfil imita el color de las raíces de los dientes, mimetizándose e integrándose con los tejidos”, explica Mayra Díaz, Product Manager de Straumann.
"Su color blanco marfil imita el color de las raíces de los dientes, mimetizándose e integrándose con los tejidos"
Sonreír, hablar y gesticular, son actos habituales que realizamos a diario y que no podemos dejar de realizar por miedo a vernos mal. Es por ello que profesionales del sector han desarrollado este implante de color similar al de los dientes, que además está libre de metal. “Vernos bien, mejora nuestra autoestima, elemento clave en nuestro desarrollo social”, asegura la especialista.
Además, este tipo de implante se acopla perfectamente dentro de las corrientes de odontología libre de metal, cuyo objetivo es la correcta integración del implante con el resto del cuerpo, fomentando el equilibrio corporal del paciente.
“Después de muchos estudios y trabajos de investigación, se ha conseguido encontrar un material en el que podemos confiar por su extraordinaria dureza que se traduce en un inexistente porcentaje de fractura, al que se añade su biocompatibilidad y su buen comportamiento intraóseo”, señala también Mayra Díaz.