En los últimos años estamos viendo que existe una gran cantidad de hombres que acuden a Turquía para realizarse implantes de pelo, atraídos por el reclamo de ofertas muy agresivas. Estos tratamientos son ''vendidos'' a los pacientes con alopecia como la solución a su problema por la mitad de precio de los que se realizan en España. Y es que, los podemos encontrar rápidamente navegando por la red y en redes sociales, aunque también hay clínicas que se encargan de montar estos packs que incluyen viaje, estancia e intervención, con un precio que oscila entre 1.500 y 3.000€.
''Somos los dermatólogos especialistas en implantes españoles los que a menudo nos tenemos que encargar de arreglar los problemas, en algunos casos, de estos pacientes que se han ido a Turquía a hacerse estos tratamientos. Nos encontramos con infecciones poco habituales en este tipo de intervenciones en nuestro medio, con frecuentes problemas de cicatrización y también con casos en los que los pacientes terminan desencantados porque los implantes no han tenido el efecto esperado y además han perdido pelo en la zona de la nuca (de donde se coge el pelo para hacer el trasplante)'', explica el doctor Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral.
En este sentido, antes de hacer un implante de pelo, los especialistas recomiendan, en primer lugar, hacer un diagnóstico de qué enfermedad tiene el paciente y qué le hace perder pelo. Este diagnóstico incluye análisis de sangre, tricoscopía, estudio tricológico (análisis microscópico de la raíz y tallo del cabello, así como del cuero cabelludo) así como realizar una historia clínica pormenorizada.
El implante capilar es una técnica totalmente segura y eficaz y que forma parte del tratamiento global de una enfermedad
''Con estos datos, los especialistas podemos averiguar si el paciente tiene indicación de implante capilar o bien su alopecia se debe a otra causa que no se beneficiaría del implante o requeriría un tratamiento combinado. Sin embargo, los pacientes que van a Turquía a hacerse un implante con frecuencia no llevan este diagnóstico, incluso es probable que a muchos no les haya visto un médico antes, sino que hayan sido ''captados'' por un comercial, por lo que se realizan implantes de forma indiscriminada. Como llegan con todo pagado, se opera todo, esté indicado o no. Y luego los pacientes pagan las consecuencias'', señala Sánchez Viera.
Asimismo, según el doctor, ''hay que dejar muy claro a la población que el implante capilar es una técnica totalmente segura y eficaz y que forma parte del tratamiento global de una enfermedad. Pero, como con otras técnicas quirúrgicas, debe realizarse en un ambiente sanitario seguro, en quirófanos con medidas de asepsia convencionales en nuestro país, pero no tan comunes en otros entornos''.
Por otro lado, el seguimiento tras un implante capilar, como tras cualquier intervención, es fundamental. En España, es frecuente revisar a estos pacientes durante todo el año posterior a la intervención, detectando y tratando cualquier complicación, en el postoperatorio temprano o tardío. Además, después del implante, se continúa el protocolo terapéutico apropiado para mantener bajo control la alopecia y asegurar unos resultados óptimos a largo plazo.
Sin embargo, a menudo, los pacientes de Turquía se van a los 2-3 de su operación y no tienen seguimiento ninguno. ''Este tipo de pacientes son reacios a ir a un dermatólogo capilar a que les revise porque les da vergüenza reconocer que viajaron a Turquía atraídos por el precio sin evaluar las condiciones. Cuando acuden a nosotros es porque ya tienen un problema bastante complicado, quizá agravado por esa vergüenza, que tenemos que solucionar de la mejor manera posible'', concluye Miguel Sánchez Viera.