Con el paso del tiempo, las manos, al igual que el resto del cuerpo, sufren los signos de la edad. Y es que tendemos a poner todo nuestro esfuerzo en combatir el envejecimiento en el rostro, olvidándonos de que hay otras partes del cuerpo igual de expuestas que también necesitan cuidados determinados.
En Estetic, hablamos con Arkaitz Felices, cosmetólogo y responsable en España de REVIDERM, sobre la importancia de cuidar más allá de la apariencia de las manos. Felices subraya el papel de esta parte de nuestro cuerpo: “Son nuestra carta de presentación y una de las partes más expuestas”. Concretamente, se enfrentan a la exposición de múltiples “factores ambientales como el sol, el viento, el frío y el contacto con suciedad y productos químicos”, enumera el experto.
"Se enfrentan a la exposición de múltiples factores ambientales como el sol, el viento, el frío y el contacto con suciedad y productos químicos"
Por ello, los expertos aconsejan seguir una rutina cosmética para cuidar de la piel de las manos y prevenir de la aparición de manchas, el envejecimiento prematuro y el daño cutáneo. En esa línea, el cosmetólogo revela que “las manos y el escote habitualmente revelan nuestra verdadera edad ya que son zonas a las que tradicionalmente se les presta menos cuidado y atención”.
Emplear masajes para favorecer la circulación sanguínea, no solo ayuda a aliviar la tensión muscular, sino que reduce el estrés y el dolor. Arkaitz destaca su acción a la hora de ayudar a la penetración de los activos y cómo favorece a la flexibilidad y movilidad de las articulaciones.
RUTINA DE FUERZA
Por otro lado, un entrenamiento enfocado a esta zona es mucho más importante de lo que podemos pensar: “Puede prevenir problemas como la artritis, mejorar la circulación y mantener la funcionalidad y coordinación necesarias para las actividades diarias”.
El envejecimiento puede implicar una pérdida de fuerza y movilidad que Arkaitz atribuye a “la disminución de la masa muscular y la reducción de la densidad ósea, la degradación del colágeno y la elastina en la piel, y la reducción de ácido hialurónico y otros componentes esenciales para la correcta lubricación y amortiguación de las articulaciones”. Otros factores que contribuyen a ello son las rutinas físicas muy repetitivas como los trabajos físicos que carguen en exceso las manos o traumas pueden contribuir a su deterioro. Igualmente, el envejecimiento natural del sistema nervioso también afecta a la coordinación y la fuerza de agarre.
Con la realización de algunos ejercicios de fuerza se fortalecen los músculos y tendones de las manos y los dedos. Especialmente, en “los ejercicios de agarre, como levantar pesas, utilizar bandas de resistencia o incluso colgarse de una barra, requieren una gran fuerza y resistencia de las palmas. Esto puede mejorar la fuerza de prensión, la coordinación y la estabilidad de las manos, contribuyendo a su salud general”, añade Felices.
En ese sentido, le preguntamos al experto por una rutina de entrenamiento de manos:
- Estiramiento de los dedos: Colocar las palmas de las manos sobre una superficie plana, como una mesa, y abrir lo máximo posible los dedos. Mantener los dedos abiertos y separados durante diez segundos. A continuación, empezando del dedo meñique hacia el pulgar iremos subiendo y bajando cada dedo de forma individual, uno tras otro con movimientos sincronizados en ambas palmas. Haremos al menos dos o tres repeticiones.
- Apertura y cierre de puños: Abrir y cerrar los puños de manera controlada durante uno a dos minutos. Podemos ayudarnos de una pelota antiestrés para fortalecer los músculos de la zona.
- Estiramiento de muñecas: Con el brazo extendido, usar la otra mano para tirar suavemente de los dedos hacia atrás y luego hacia adelante, manteniendo cada estiramiento por 15 segundos.
- Rotaciones: Terminaremos rotando las muñecas en movimientos circulares por 30 segundos a un minuto.
No obstante, Felices recalca que estas rutinas se deben adaptar a la fuerza y dolor de cada persona. Por ello, aconseja el consejo médico en primera instancia.
El abuso de consumo digital es uno de los factores que más afecta a la fuerza de la zona. Arkaitz señala sus consecuencias: “Puede provocar tensión en los tendones y músculos, así como una carga excesiva en las muñecas”. O bien, “el síndrome del túnel carpiano, tendinitis y otros problemas relacionados con la postura y el uso repetitivo de estos dispositivos”. Ante ello, el experto advierte de cómo la “falta de movimiento y ejercicio físico puede contribuir a la pérdida de fuerza y destreza en las manos”, concluye.
Otra de las recomendaciones del experto es el empleo de antioxidantes como la Vitamina C o hidratantes como la urea. Dos productos que contienen ambos son REVIDERM OPC handimpressions o el neuro sensitive de-stress body&handcream, para pieles sensibles.