La piel, además de ser el órgano más grande del cuerpo humano, es ese que funciona como barrera con el exterior. Esto tiene sus riesgos a la hora de abordar su salud, ya que así como pueden afectarle factores intrínsecos como la genética o los cambios hormonales, lo cierto es que la dermis también se ve influenciada por todos esos factores externos que nos rodean.
Para cambiar nuestro enfoque en el cuidado de la piel, el científico Christopher P. Wild acuñó en 2005 el término exposoma. Con él, involucra a todos los factores internos y externos a los que estamos expuestos desde que nacemos y que no tienen nada que ver con nuestra genética pero que van a intervenir en nuestra salud. El exposoma también se refiere a la interacción y a la respuesta del organismo a todos esos elementos con los que coexiste y que, en definitiva, van a determinar la salud general.
¿QUÉ ES EL EXPOSOMA? EFECTOS EN LA PIEL
El exposoma hace referencia a todos los factores ambientales y externos a los que un individuo está expuesto desde su nacimiento hasta su muerte, ya que tienen un impacto significativo en su salud y, en consecuencia, en la salud de su piel. Todos estos factores generan unas reacciones en la dermis, algunas tan destacables como el envejecimiento cutáneo, que más allá de ser una cuestión de estética, es un reflejo de los cambios internos que ocurren en el cuerpo a nivel celular y molecular.
Se han descrito tres dominios ‘no genéticos’ del exposoma:
- El exposoma general: engloba los múltiples factores que rodean al individuo, incluyéndose aquí los marcadores sociales, su nivel económico y educativo, su situación de estrés psicológico y el entorno en el que habita.
- El exposoma específico: se refiere a los factores ambientales que influyen en la salud del organismo, como la radiación solar, la contaminación o el estilo de vida.
- El exposoma interno: está relacionado con procesos biológicos internos como el envejecimiento cutáneo, el estrés oxidativo, la función de los péptidos intestinales, la microbiota intestinal o la inflamación, entre otros.
Los avances científicos ya han demostrado que tanto la herencia genética como los elementos externos del entorno influyen en el tejido cutáneo. Y son esos elementos externos los que recoge el exposoma. Aquí se incluyen la radiación ultravioleta, la contaminación, el estrés, la dieta, los alérgenos o tóxicos, el tabaco, la temperatura y el descanso. Es decir, unos factores modificables y que dependen de la situación particular de cada individuo.
En caso de que estos elementos se descuiden de forma constante, es probable que el envejecimiento cutáneo se acelere y que afecte al bienestar de la piel. De hecho, están relacionados con el desarrollo de los radicales libres, que son todas esas moléculas reactivas que atacan de forma directa al colágeno y la elastina, las proteínas encargadas de dar firmeza y elasticidad a la piel. No obstante, el exposoma también se relaciona con la aparición de algunas enfermedades crónicas y gastrointestinales.
FACTORES DEL EXPOSOMA Y EFECTOS EN LA PIEL
A continuación, te dejamos la lista de los factores externos al cuerpo, que también van a condicionar la salud de nuestra piel:
- La radiación solar, junto con la luz infrarroja y la luz azul (esta última proveniente de pantallas, ordenadores, teléfonos, etc.), todas ellas son capaces de aumentar el proceso de envejecimiento.
- La contaminación del aire. Las partículas contaminantes y el polvo se acumulan en nuestra piel provocando su envejecimiento si no se limpia adecuadamente y de manera habitual.
- El consumo de tabaco. Se asocia al estrés oxidativo de la piel por el daño celular. En concreto, el tabaco afecta a la hidratación de la piel y es el causante de la aparición de arrugas (especialmente las conocidas como ‘código de barras’), así como de manchas y un aspecto mate y cansado de la piel.
- Las condiciones climáticas. Los cambios bruscos de temperatura resecan y dañan la piel.
- El estrés y la falta de sueño también aceleran el deterioro de nuestra piel, originando sequedad. Además, el poco descanso nocturno asociado a estos factores disminuye la reparación celular que ocurre durante la noche.
- La alimentación. Un exceso de azúcar desencadena el proceso de glicación, que destruye el colágeno responsable de mantener la firmeza de nuestra piel. Por ello, es recomendable evitar los alimentos ricos en azúcares, grasas saturadas y el alcohol.
Además, conviene recordar que el intestino es un órgano central con influencia en el conjunto del organismo. Ya se ha descrito el eje intestino-cerebro, por el cual las conexiones nerviosas en el intestino afectan a la digestión. De esta manera, en situaciones de estrés, por ejemplo, los alimentos son peor digeridos y los nutrientes no se aprovechan de igual manera, de tal forma que no llegan a las células del cuerpo, cutáneas incluidas. Este es uno de los muchos problemas metabólicos que pueden nacer de esa relación entre el intestino y el resto del cuerpo.
El intestino también produce una serie de péptidos intestinales, como la 2.3-dioxigenasa intestinal. Todos ellos juegan un papel crucial en el mantenimiento de nuestra salud. Pero el exposoma puede afectar a la función del intestino, porque todos estos factores externos son capaces alterar la función del epitelio intestinal, la capa de células que reviste el interior del intestino. Esta alteración podría generar una inadecuada permeabilidad intestinal que derive en enfermedades gastrointestinales.