La elección del gel de ducha puede ser un aspecto clave en nuestra rutina de higiene y cuidado personal, y uno de los factores más valorados por los consumidores es la cantidad de espuma que produce. Sin embargo, es frecuente preguntarse si realmente los geles que generan más espuma son los que ofrecen una limpieza más efectiva. En un mundo en el que la apariencia de los productos influye en nuestras decisiones de cuidado personal, la Dra. Ana Molina aclara dudas.
Así, a través de un post en su cuenta de Instagram (@dr.anamolina), explica qué es realmente la espuma. “Siento deciros que la espuma no es más que aire”, comienza su vídeo. En concreto, aclara que se trata de una masa de burbujas que se forma dentro de un líquido. Pese a ello, mucha gente continúa pensando que hace falta espuma para que un jabón limpie bien. “Para colmo, las esponjas multiplican ese efecto de añadir aire al jabón, dando una falsa percepción de limpieza”.
“Siento deciros que la espuma no es más que aire”
La experta subraya que el hecho de que un gel forme este tipo de aire no limpiará más o no hará que se reseque más la piel. En general, la cantidad de espuma depende de tres factores principales:
- La dureza y la presión del agua empleada. Cuanto mayor sea la presión, más espuma saldrá. Por el contrario, cuantos más minerales contenga esa agua, menos espuma. “Por eso cuando os ducháis en zonas de playa notáis menos espuma”.
- La cantidad de suciedad y los artilugios para la ducha. Las esponjas inyectan aire al jabón y al agua, creando el efecto de mayor espuma. Por otro lado, si el pelo está muy sucio, se notará menos espuma.
- El tipo de surfactante que lleve el producto. A mayor cantidad de sulfatos, más espuma. Sin embargo, si no contiene sulfatos, se notará menos espuma. Esto no está relacionado con la capacidad de limpieza del jabón.
Pese a todo, la experta concluye que, si algo tiene la espuma, “con lo que nadie puede competir”, es su “sensorialidad”. “Esa espuma resbalando por la piel no tiene precio, y un buen baño de espuma después de una larga jornada es capaz de relajar al más estresado. Recuerda, la espuma no es más que aire, no la necesitas para estar limpio”.
Aunque la sensación de espuma puede contribuir a una experiencia placentera durante el baño, no se debe confundir con la efectividad del jabón. La clave para una buena higiene radica en la calidad de los ingredientes y la correcta aplicación del producto, en lugar de la cantidad de espuma que genera. Así que, la próxima vez que te duches, recuerda que la verdadera limpieza no depende del volumen de espuma, sino de la elección de un gel adecuado para tu piel.