Pudiendo estar morenos todo el año por unos euros, ¿por qué conformarnos solo con los meses de verano? La respuesta llegó con los estudios europeos sobre estas máquinas que se publicaron hace unos años en el British Medical Journal. Unos estudios que aseguraban que ponerse moreno de forma artificial en estas cabinas provoca alrededor de 3.500 casos de melanoma y unas 800 muertes al año en Europa occidental.
Paz Torralba se muestra consciente de los casos de melanoma en nuestro país, pero explica que lo “realmente importante” es estudiar a qué cabina de qué centro se acude, si la revisa Sanidad, si es de alta presión o si es de baja presión.
Las cabinas de baja presión son máquinas que no llevan filtro, por el contrario, las de alta presión contienen placas, debajo de las cuáles hay unos filtros que no dejan pasar los rayos UVB, que son los masivos y los que penetran hasta la piel. Estas máquinas son las que tiene The Beauty Concept y según Paz, lo que hacen es “broncear de forma saludable y con una duración mayor que el sol”.
Las máquinas al llevar el filtro no dejan pasar los rayos nocivos para la piel, por lo que la directora del centro considera que no es necesario usar una crema protectora y que usar a su vez, una crema potenciadora del bronceado “no es peligroso ni perjudicial para la piel”.
“Son rayos que incluso recomiendan los dermatólogos porque hay gente que tiene alergias al sol y que con solo dos o tres sesiones aunque se expongan después de forma directa, gracias a los rayos UVA ya no tienen esa alergia”, explica Paz Torralba.
“Lo que debemos hacer es protegernos del sol a diario y adecuar nuestra protección solar al momento en el que estemos y al sitio donde vivamos, por lo que hay que regular el tipo de protección que nos damos, así como su frecuencia”.
Está prohibido el uso de las cabinas de rayos UVA en mujeres embarazadas y en menores de 18 años. En cuanto a su regulación, las máquinas son inspeccionadas una vez al año por un organismo oficial que mide todas las radiaciones y controlan que todas estén en buen estado para su uso. “Si hay el mínimo fallo precintan la máquina y esta no se puede usar”, afirma Torralba. Además, cada 500 horas de exposición hay que cambiar todas las lámparas de la máquina.
El bronceado, como todo, debe ser en su justa medida y tomando precauciones. Si se siguen las recomendaciones y el centro cumple las obligaciones de revisión anual, de cambio de lámparas y de uncorrecto mantenimiento de las máquinas, no tendría por qué tener riesgos.
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