Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), uno de cada 1.000 españoles se somete cada año a una rinoplastia, ya sea por motivos estéticos o funcionales, lo que hace de esta intervención la quinta de cirugía plástica más realizada en nuestro país.
Por esto, la Secpre ha elaborado un decálogo, para que todos aquellos pacientes que deban o quieran someterse a una rinoplastia, tengan en cuenta ciertos criterios y lo hagan con todas las garantías sanitarias y de seguridad.
1. Recurrir siempre a un profesional con la titulación adecuada, que, en el caso de la Cirugía Plástica, es la de Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, solicitándole alguna acreditación demostrativa si es preciso.
3. Valorar con su médico los motivos para realizar la intervención, que pueden ser estéticos, funcionales o secundarios, pero también de otros tipos, como asociados a enfermedades autoinmunes o al consumo de sustancias tóxicas.
4. Valorar con el médico que el desarrollo de la estructura ósea de su nariz está completo, sobre todo a edades tempranas, y que disponen de la madurez psicológica suficiente para una intervención que conllevará un cambio en su anatomía facial, por lo que no es aconsejable en menores de edad salvo por motivos funcionales o asociados a malformaciones congénitas severas.
5. Tener en cuenta que una cosa son los resultados deseados y otra las expectativas reales que debe transmitirle siempre su médico. Dichas expectativas no se pueden predecir al 100% al estar determinadas por múltiples factores, como las características anatómicas propias de cada paciente y los procesos de cicatrización.
6. Saber que el preoperatorio de una rinoplastia debe incluir siempre la realización de un electrocardiograma y de una analítica completa con estudio de coagulación y, en el caso de los pacientes muy mayores o fumadores, una radiografía de tórax.
7. Dejar que el médico valore la técnica que mejor se adecúe a la intervención, que puede ser abierta, en la que se accede a las estructuras internas de la nariz mediante una pequeña incisión en la columela (la parte externa entre la punta y la base), o cerrada, en la que se accede a través de las fosas nasales.
9. Ser conscientes de que la rinoplastia tiene la entidad quirúrgica suficiente para su realización en solitario. Al afectar a tejidos adyacentes a la nariz, puede ser desaconsejable practicarla simultáneamente a otras intervenciones de cirugía facial, si bien es su médico quien debe valorar tal circunstancia.
10. No creer en la existencia de la “nariz perfecta”, ya que las modas y los cánones de belleza cambian con el tiempo, debiéndose priorizar resultados naturales, proporcionados con el resto de la estructura anatómica facial de cada paciente y no estigmáticos, es decir, que no parezcan operados.
Teniendo en cuenta todos estos consejos, el doctor Javier Castro, vocal de Docencia de la Secpre y médico adjunto del Servicio de Cirugía Plástica del Complejo Hospitalario de Navarra, asegura que “la rinoplastia es una cirugía poco agresiva y de recuperación rápida, cuya finalidad principal debe ser una mayor calidad de vida de la persona que se somete a ella, sea porque mejora su función respiratoria o porque refuerza su autoestima”.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es
Por esto, la Secpre ha elaborado un decálogo, para que todos aquellos pacientes que deban o quieran someterse a una rinoplastia, tengan en cuenta ciertos criterios y lo hagan con todas las garantías sanitarias y de seguridad.
1. Recurrir siempre a un profesional con la titulación adecuada, que, en el caso de la Cirugía Plástica, es la de Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, solicitándole alguna acreditación demostrativa si es preciso.
"Uno de cada 1.000 españoles se somete cada año a esta intervención, la quinta más realizada en España"
2. Comprobar que el lugar donde tendrá lugar la rinoplastia es un quirófano homologado de un centro hospitalario con las condiciones de seguridad adecuadas para una intervención que requiere, en la mayoría de las ocasiones, de anestesia general.3. Valorar con su médico los motivos para realizar la intervención, que pueden ser estéticos, funcionales o secundarios, pero también de otros tipos, como asociados a enfermedades autoinmunes o al consumo de sustancias tóxicas.
4. Valorar con el médico que el desarrollo de la estructura ósea de su nariz está completo, sobre todo a edades tempranas, y que disponen de la madurez psicológica suficiente para una intervención que conllevará un cambio en su anatomía facial, por lo que no es aconsejable en menores de edad salvo por motivos funcionales o asociados a malformaciones congénitas severas.
5. Tener en cuenta que una cosa son los resultados deseados y otra las expectativas reales que debe transmitirle siempre su médico. Dichas expectativas no se pueden predecir al 100% al estar determinadas por múltiples factores, como las características anatómicas propias de cada paciente y los procesos de cicatrización.
6. Saber que el preoperatorio de una rinoplastia debe incluir siempre la realización de un electrocardiograma y de una analítica completa con estudio de coagulación y, en el caso de los pacientes muy mayores o fumadores, una radiografía de tórax.
7. Dejar que el médico valore la técnica que mejor se adecúe a la intervención, que puede ser abierta, en la que se accede a las estructuras internas de la nariz mediante una pequeña incisión en la columela (la parte externa entre la punta y la base), o cerrada, en la que se accede a través de las fosas nasales.
"Debe tenerse en cuenta que los resultados no son predecibles al 100% y que la “nariz perfecta” no existe"
8. Saber que las molestias tras la operación pueden ser fácilmente controladas mediante analgésicos habituales y que el postoperatorio incluye un taponamiento de las fosas nasales durante una media de 2-3 días, la utilización de una férula nasal durante una media de 7-10 días y, en caso de haberse empleado una técnica abierta, unos puntos en la columela que se quitan en un plazo medio de una semana.9. Ser conscientes de que la rinoplastia tiene la entidad quirúrgica suficiente para su realización en solitario. Al afectar a tejidos adyacentes a la nariz, puede ser desaconsejable practicarla simultáneamente a otras intervenciones de cirugía facial, si bien es su médico quien debe valorar tal circunstancia.
10. No creer en la existencia de la “nariz perfecta”, ya que las modas y los cánones de belleza cambian con el tiempo, debiéndose priorizar resultados naturales, proporcionados con el resto de la estructura anatómica facial de cada paciente y no estigmáticos, es decir, que no parezcan operados.
Teniendo en cuenta todos estos consejos, el doctor Javier Castro, vocal de Docencia de la Secpre y médico adjunto del Servicio de Cirugía Plástica del Complejo Hospitalario de Navarra, asegura que “la rinoplastia es una cirugía poco agresiva y de recuperación rápida, cuya finalidad principal debe ser una mayor calidad de vida de la persona que se somete a ella, sea porque mejora su función respiratoria o porque refuerza su autoestima”.
Porque tú eres lo más importante… Estetic.es