El procedimiento consiste en colocar la parte del cuerpo afectada en un dispositivo que enfría el área por debajo de la temperatura corporal para acabar con la grasa
El procedimiento Coolsculpting consiste en colocar la parte del cuerpo afectada en un dispositivo que enfría el área por debajo de la temperatura corporal, pero por encima de la congelación. De esta manera, el frío se encarga de atacar las células de grasa y de condensarla para que el cuerpo pueda eliminarla de forma natural.
No obstante, la técnica no ha dejado de evolucionar con nuevos aplicadores, de manera que ahora se adapta a casi cualquier área de diferentes tipos de cuerpo.
En primer lugar, el tiempo de tratamiento se ha reducido de 60 minutos a sólo 35 minutos, lo que significa que los pacientes obtienen los resultados esperados más rápido que antes. Además, la nueva pieza de mano intercambiable ha sido rediseñada para mejorar los contornos físicos, por lo que proporciona resultados más consistentes en un área de tratamiento más grande.
Por último, el estrecho contacto con la piel permite a los nuevos aplicadores alcanzar una temperatura aún más baja que también optimiza los resultados en una sola sesión.
En definitiva, una técnica que ya cuenta con tres alternativas concretas: CoolFit Advantage, para las zonas verticales; CoolCore Advantage, para alcanzar áreas más amplias y contorneadas; y CoolCurve Advantage, diseñado para áreas curvas.