El estado de nuestro cabello influye directamente en nuestro estado de ánimo. Eso es así. Si tenemos el cabello limpio es como que afrontamos el día de diferente manera, más felices y con ganas de comernos el mundo. Por el contrario, cuando nos levantamos con el pelo más sucio y ‘grasiento’ de lo normal… podemos dar por hecho que no será nuestro día.
Y es que, tener el cuero cabelludo graso, no solamente tiene consecuencias estéticas, si no que va mucho más allá. Sufrir este problema capilar puede dar sensación de pelo sucio y nada saludable.
A rasgos generales, el cuero cabelludo graso es causado por un trastorno de las glándulas sebáceas. Estas últimas producen demasiado sebo y hacen que el pelo se ensucie rápidamente. Si el sebo es fundamental para el equilibrio del cuero cabelludo, puede, en caso de producción excesiva, asfixiarlo y dejar las raíces brillantes, con un aspecto especialmente antiestético.
Pero, ¿cuáles son las causas de esta suciedad?
Suele ser hereditario o genético
Es un problema hormonal, por tener un exceso de hormonas masculinas
Los alimentos ricos en azúcar y grasas saturadas también pueden ser la causa de este problema
El estrés y la ansiedad
Tomar ciertos medicamentos como los anticoagulantes o antibióticos
La contaminación, el aire o el viento
¿CÓMO TRATARLO?
Desde la farmacia Avenida América, han elaborado una serie de recomendaciones para evitar el cabello graso. Toma nota si quieres darle un giro radical a tu pelo.
Evita los alimentos grasos y azucarados. Apuesta por una dieta rica en verduras, frutas, pescados y otras carnes.
Limpia el pelo siempre que lo necesites. ¿Cuántas veces hemos escuchado que es malo lavar el pelo todos los días? Mentira. Debemos de lavar el cabello siempre que lo consideremos necesario, aunque sea todos los días.
Champú con activos seborreguladores. Como la azeloglicina, la niacinamida o el extracto de abedul, que puedan permitirte que se vea “limpio” durante más tiempo.
Masajea suavemente el cuero cabelludo. Evita frotarlo. Lo mejor es masajear y después enjuagar con agua tibia para limpiar el cuero cabelludo.
Exfoliación. Al igual que nuestra piel, el cabello también necesita exfoliarse de vez en cuando, por eso es recomendable hacerlo de vez en cuando (una vez al mes por ejemplo).
Aplicar productos de medios a puntas. En el caso del acondicionador por ejemplo, lo recomendable es evitar aplicarlo en la zona de las raíces, ya que se aumentará su grasa.
Tratamientos a base de aceite. Como el aceite de jojoba o de nigella.