Ya estamos inmersos en los meses de calor y buen tiempo y, aunque deberíamos usar la fotoprotección religiosamente todos los días del año, lo cierto es que la aplicación de crema solar en verano debe suponer un paso ineludible de nuestra rutina. Sin embargo, no basta con utilizarla una vez al día, antes de salir de casa, sino que hay que tener muchas otras consideraciones en cuenta para garantizar una protección adecuada.
Para tener todas estas indicaciones en cuenta, desde Estetic nos hemos puesto en contacto con el Dr. Pedro Rodríguez, dermatólogo en el Hospital Ruber Internacional y responsable del área de melanoma del Hospital Universitario La Princesa. Y, como experto en la salud de la piel, nos cuenta de primera mano en qué deberíamos fijarnos a la hora de comprar y de utilizar las cremas solares.
¡CUIDADO CON EL FOTOPROTECTOR DEL AÑO PASADO!
Cuando acaba el verano, acostumbramos a guardar en el fondo del armario la bolsa con los utensilios de playa y lo que queda del protector solar que no hemos gastado. Pero, cuando llega el verano siguiente, lo desempolvamos y lo reaprovechamos, sin muchas veces cuestionarnos si la crema solar que utilizamos hace un año continúa siendo eficaz. El dermatólogo advierte que “pueden ser un peligro porque pueden perder eficacia”.
"Los protectores solares tienen fecha de caducidad, normalmente se encuentra impresa en el envase"
“Los protectores solares tienen fecha de caducidad”, recuerda, que suele venir impresa en el envase. Pero, además, “tienen dibujado un símbolo de una cajita con un número y una M, por ejemplo 12M, que indica el tiempo que se garantiza el uso del producto desde que se abre en condiciones óptimas”. Después de este período, el protector disminuye su efectividad y “se expone a la piel a un mayor riesgo solar”, ya que “los ingredientes activos pueden degradarse”.
FOTOPROTECCIÓN SEGURA
Además de la fecha de caducidad, existen otros aspectos a los que hay que prestar atención para que el fotoprotector sea seguro. En concreto, el experto destaca el Factor de Protección Solar, identificado como FPS o SPF, que “indica el nivel de protección contra los rayos UVB” y “se recomienda un mínimo de SPF 30”. Además, es importante que proteja “contra los rayos UVA y UVB, ambos implicados en el cáncer de piel”. Adicionalmente, el dermatólogo indica que es interesante utilizar productos “resistentes a agua, que tengan filtros adicionales para luz azul o polución u otros ‘extras’”.
TIPOS DE FILTROS
A la hora de seleccionar un protector solar, podemos identificar dos tipos de filtros: los filtros químicos, que son los que “absorben los rayos UV y los convierten en calor y suelen ser más ligeros y transparentes”; y los filtros físicos o minerales, que “funcionan a modo de capa superior y reflejan los rayos UV”. En este último grupo pueden incluirse el óxido de zinc o el dióxido de titanio y, puesto que “son menos propensos a causar irritaciones, son ideales para pieles sensibles y niños”.
¿MISMO PROTECTOR PARA ROSTRO Y CUERPO?
Otra pregunta frecuente que nos hacemos a menudo es si podemos utilizar el protector solar del cuerpo en el rostro. Según el doctor, “no siempre es recomendable usar el mismo producto para el cuerpo y el rostro porque la piel del rostro suele ser más delicada y propensa a acné o irritaciones”. Precisamente por estas motivaciones, las cremas solares para la cara están formuladas específicamente para estas necesidades y, por ello, son productos más ligeros y menos grasos.
También hay que tener en cuenta el tipo de piel de cada persona pero, en general, “lo mejor es usar protectores faciales solares no comedogénicos y sin aceites. En pieles ‘sensibles o reactivas’ suelen tolerarse mejor protectores solares minerales, puesto que son menos propensos a causar irritación”. Además, la fotoprotección para el rostro puede contener “ingredientes adicionales para el cuidado facial, como antioxidantes o agentes anti-edad”, indica el dermatólogo.
"Los filtros solares son menos propensos a causar irritaciones y son ideales para pieles sensibles y niños"
Otras zonas que solemos olvidar o darle menos importancia son el cuello y el escote. Para estas partes del cuerpo podemos utilizar el protector solar facial, también en los antebrazos, ya que son sensibles pero “la piel de estas áreas se expone casi en la misma medida”.
Como última indicación, el doctor recuerda que es muy importante “aplicar el protector solar generosamente y de manera uniforme en todas las áreas expuestas al sol y con reaplicación cada dos doras, aproximadamente, o después de nadar, sudar o secarse con una toalla”. También será muy importante acompañar estas medidas del uso de “ropa adecuada, sombreros y gafas de sol”, así como “buscar sombra durante las horas pico de radiación solar”, que son las comprendidas entre las 10 a.m. y las 4 p.m.