Si eres lector habitual de Estetic, ya te habrás enterado de que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y, como tal, debemos cuidarla a diario. Sin embargo, no todo el tejido cutáneo que nos rodea es igual, y también sabrás que hay zonas más sensibles, como la piel del rostro; y otras más gruesas, como la de las palmas de las manos y los pies.
Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo es la piel de nuestra cabeza? El cuero cabelludo no deja de ser piel, pero guarda bastantes diferencias con respecto a la del resto del cuerpo, ya que en ella crecen miles de folículosos pilosos (que conforman la melena), y bajo ella se encuentran muchas más glándulas sebáceas y vasos sanguíneos que en otras zonas. Así que, como te imaginarás, requiere unos cuidados específicos.
EL CUERO CABELLUDO, FUENTE DE ‘BACTERIAS BUENAS’
Como decíamos, la piel es esa capa que nos recubre por completo. Si la extendiéramos, podría llegar a medir hasta 2 metros cuadrados y pesar hasta 4 kilogramos. Y además, después del aparato digestivo, conforma el segundo lugar de nuestro cuerpo en el que más bacterias cohabitan. Estos microorganismos son conocidos como el microbioma cutáneo o ‘bacterias buenas’, que junto a la barrera cutánea, protegen y fortalecen a nuestro organismo desde el exterior. Cuando estas bacterias que viven en la piel se debilitan, las ‘bacterias malas’ pueden instalarse más fácilmente en nuestro cuerpo, conduciéndonos a procesos de desequilibrios, inflamación y, en cuanto a lo que piel se refiere, a envejecimiento.
El daño térmico y solar es uno de los mayores enemigos del microbioma capilar
Pero recordemos que el cuero cabelludo tiene unas características diferentes y es el responsable del crecimiento y mantenimiento de nuestro cabello. Por lo tanto, cuanto más variada sea la población microscópica que vive en él, más saludable y radiante estará nuestra melena. El sudor y el sebo son los principales alimentos de nuestro microbioma capilar, y algunos factores como el estrés, la temperatura del agua, los productos cosméticos agresivos, las herramientas de calor, la contaminación o el sol pueden alterarlo y perjudicar el nivel de brillo, volumen y fuerza de nuestras fibras capilares.
¿CÓMO CUIDAR DEL MICROBIOMA CAPILAR?
El paso más importante de todos es lavar el cabello de forma respetuosa, espaciando los lavados según nuestro tipo de cabello. También colaboraremos con la salud del microbioma capilar si seguimos un estilo de vida saludable con una rutina de alimentación equilibrada, ejercicio regular y descanso. Asimismo, debemos utilizar cosméticos que respeten a todos esos microorganismos que viven en nuestra cabeza, es decir, seleccionando productos que respeten nuestro manto hidrolipídico.
Un producto recomendado es el Champú Regenerador de Armonía Cosmética Natural, formulado en un 98% con ingredientes naturales y elaboración vegana. Al ser libre de sulfatos, este champú es ideal para cabellos maltratados, que acaban de pasar por un tratamiento de coloración, de queratina o de permanente. Entre sus ingredientes, están el tepezcohuite, ideal para reforzar la raíz, y el ginseng y el romero, que estimulan la microcirculación y aportan vitaminas. También incorpora oligoelementos, que permiten la oxigenación necesaria para favorecer el ciclo de crecimiento celular del cabello.
Este producto ayuda a reducir la irritación en cueros cabelludos sensibles, estimula la hidratación natural, evita la excesiva pérdida de color de los tintes con los lavados, disminuye el daño solar y térmico del sol y las planchas y es biodegradable. Las recomendaciones de uso aconsejan utilizarlo sobre la melena húmeda, aplicando un masaje con la yema de los dedos para crear una espuma densa y duradera. Pasados unos minutos, debemos retirar el producto aclarando con agua abundante.