“Doctor, no tengo mentón”… Esta es una de las frases entre los pacientes que acuden a una clínica de cirugía plástica. Y es que, el mentón es una de las preocupaciones más habituales entre los pacientes.
Generalmente, la cirugía plástica del mentón, conocida como genioplastia, se puede realizar en pacientes que tienen un mentón pequeño o hundido, un mentón grande o protuberante, o un mentón asimétrico o torcido.
Durante la consulta, el doctor examina no solo el perfil del paciente, sino también la mordida dental u oclusión del demandante de la técnica.
Entre las opciones de tratamiento podemos encontrar varias. Por un lado, tenemos la genioplastia aloplástica que se realiza si el paciente solo está preocupado cosméticamente por su mentón pequeño, y no por la posición de sus dientes o mandíbulas.
Se puede realizar en pacientes que tienen un mentón pequeño o hundido, un mentón grande o protuberante, o un mentón asimétrico o torcido
En estos casos, el cirujano realizará mediciones de la estética facial para determinar qué tamaño de implante le dará al paciente el perfil cosmético deseado. Los implantes se colocan quirúrgicamente a través de una incisión, ya sea a través de la boca o debajo de la barbilla.
Por otro, está la genioplastia deslizante horizontal en la que el mentón huesudo se corta quirúrgicamente con una sierra de precisión desde el interior de la boca. Este segmento de mentón huesudo se desliza horizontalmente hacia adelante, lo que proporciona al paciente un perfil de mentón mejorado.
En este procedimiento, en comparación con el anterior, es el propio hueso del paciente el que se usa para realizar la cirugía. Sin embargo, el alcance de la cirugía y el curso postoperatorio es mayor.