Uno de los procedimientos más populares en cirugía plástica es la rinoplastia. Consiste en un conjunto de procedimientos quirúrgicos que modifican la estructura de la nariz, de esta manera se diseña sobre la zona nasal de cada persona.
El procedimiento se puede llevar a cabo por razones funcionales o estéticas, de igual manera siempre se realiza un análisis de estructura facial que valora las proporciones, disposición ósea y los tejidos blandos. Así como la forma de gesticular, también se realiza un estudio funcional relativo a la respiración.
La doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica en Eleca Clinic, explica que “principalmente" existen dos tipos de rinoplastia. Una de ellas sería la rinoplastia estructural y a otra la rinoplastia de preservación.
RINOPLASTIA ESTRUCTURAL
Con esta dicotomía, la experta aborda ambos tipos de manera separada. El primer tipo de rinoplastia, la estructural, es denominada como “aquella en la cual se aborda el esqueleto nasal, desmontando todas las estructuras y asociándose principalmente a lo que se denomina rinoplastia abierta, que es una cicatriz en la zona que hay entre los dos orificios nasales que se denomina columela”, en palabras de la Dra. Jiménez.
La experta explica que al abrir la columela, se interrumpe la continuidad de un ligamento de Pintanguy. Esa es la mayor diferencia que existe entre la estructural y la de preservación, de manera que, es muy importante reconstruir este ligamento al finalizar la rinoplastia.
RINOPLASTIA DE PRESERVACIÓN
Por otro lado, especifica sobre el segundo tipo, la rinoplastia de preservación, como “aquella en la que se mantiene la continuidad de la piel, que hay entre los dos orificios y la disección se realiza preservando estructuras que son músculos y ligamentos. Este procedimiento aborda el esqueleto manteniendo la integridad tanto de músculos como de ligamentos y yendo por debajo de ellos”.
Para este tipo de intervención, conviene preservar intacto este ligamento, así como otros ligamentos presentes de la zona. Sobre el plano de disección, debe ser profundo; a la altura de los cartílagos levantando tanto la piel del cartílago, como la del hueso, que se conoce como pericondrio y periostio.
“Aunque los cartílagos los nombremos de la misma forma, van a ser específicos de cada persona”
Elena considera que la mayor diferencia entre ambas rinoplastias es que, en la de preservación se puede reducir el dorso óseo y cartilaginoso hundiéndolo hacia la nariz, sin realizar ni raspados de hueso ni quitar la zona ósea. Además, es posible mantener todas las estructuras de los tejidos blandos, ligamentos, músculos, tejido graso.
Y en la forma estructural, se trabaja ese dorso directamente, haciendo raspado o quitando el exceso de hueso o de cartílago, y luego se reconstruye cada una de las estructuras, lo que se conoce como un camuflaje.
RESULTADOS
La experta explica que: “Quizás la mayor diferencia no sea tanto en resultados, sino en indicaciones. Está muy claro que cada paciente tiene una indicación distinta. Hay pacientes que se pueden empezar haciendo una cirugía de preservación sin la cicatriz en la columela, pero que dada la complejidad de las estructuras que nos vamos encontrando, tengamos que transformarlo en una cirugía estructural con una sección en la zona de la columela”. Y es que, hasta que no se comienza la intervención, no se conoce exactamente la posición de los cartílagos en la nariz.
DETALLES DEL PROCEDIMIENTO
En primer lugar, conviene acudir al especialista para una evaluación individual e inicial. Es una primera toma de contacto para conocer inquietudes, procesos y expectativas. Puede ser tanto online como de manera presencia y se requieren fotos del paciente.
“Este primer paso y el más importante”, comenta Elena. Después de este paso, la doctora recomienda hacer un esquema del tratamiento y explicar los pasos a realizar para el paciente. Además, la experta recalca que:“las simulaciones no son definitivas, tu cuerpo no funciona como Photoshop ya que tendrá una inflamación y nunca se obtendrá al 100% un resultado como el de la simulación. Otra cosa importante es que no existe una simetría radical completa y absoluta entre un lado de la cara y el otro, por lo que tampoco va a existir una simetría total y completa en la nariz”.
La intervención se lleva a cabo a través de anestesia general y con una técnica de hipotensión, consiste en mantener baja la tensión durante la cirugía. De esta forma, se reduce la inflamación, así como los hematomas.
La rinoplastia se puede dividir en tres partes. La primera, que corresponde a problemas funcionales como una desviación del tabique o problemas respiratorios. Y después la parte estética, que a su vez, se puede desglosar en dos partes: el dorso y la punta.
En el dorso están los huesos y el cartílago, que hay que reducirlos en altura. Mientras que la punta tiende a quedar sobreelevada, como la doctora explica. En ocasiones, son más estrechas, depende de cada paciente. Por eso, se habla de la definición de la punta, base nasal y orificios nasales, un paso que permite la durabilidad de los resultados. No obstante, Jiménez recuerda que: “Siempre hay que reconocer que cuando pasen los años la zona de alrededor de la nariz se va a ir modificando, puesto que es una zona en la que se ve el envejecimiento y va a modificar la posición de la nariz, pero no específicamente la punta, sino toda la nariz en general”.