La Medicina Estética ha experimentado una evolución exponencial en los últimos diez años. Y es que, desde los primeros pasos hace más de veinte años hasta hoy en día podemos ver que ha habido una mejora significativa en los tratamientos y técnicas que se aplican dando lugar a tratamientos mucho menos invasivos y efectivos.
No obstante, la imagen de la Medicina Estética no está del todo bien vista entre la población en general, ya sea por el desconocimiento generalizado de los diferentes tratamientos o simplemente por miedo e inseguridad…
Actualmente, existen infinidad de tratamientos distintos pero en muchos casos complementarios. Desde tratamientos con aparatología, tratamientos con los llamados ‘fillers’ o la estrella indiscutible: la toxina botulínica.
El objetivo final es dar un tratamiento personalizado e individualizado a cada paciente
Ya han pasado más de cien años desde que se conoce la toxina botulínica. Pero, tal y como ha recordado Javier Anido, médico estético, “la toxina botulínica es medicamento y para poder comercializarlo en España tienen que tener la aprobación de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps)”.
Y es que para Anido, la toxina botulínica “es para que la gente esté más bella, no para quitar las arrugas, y esto se puede conseguir individualizando los casos”.
TRATAMIENTOS MÁS PERSONALIZADOS
No es difícil darse cuenta de que el presente y el futuro de la medicina estética tienden a la individualización, en los tratamientos personalizados. No hay dos personas iguales por los que el abordaje estético deberá adaptarse a cada persona.
En este sentido, resultaba paradójico que siendo la toxina botulínica el tratamiento líder indiscutible dentro de la medicina estética, hasta ahora no existiese un consenso para tratar a los pacientes de manera individual.
"La toxina botulínica es para que la gente esté más bella, no para quitar las arrugas, y esto se puede conseguir individualizando los casos”
Pero, por primera vez a nivel mundial se han realizado recomendaciones de tratamiento atendiendo a los diferentes perfiles de pacientes que pueden encontrarse a la hora de realizar un tratamiento estético con toxina botulínica.
En esta línea, en el primer consenso sobre tratamientos con toxina botulínica, desarrollado por médicos de España y Portugal, se ha buscado individualizar el tratamiento con toxina botulínica clasificando a los pacientes en diferentes perfiles, atendiendo a diferentes parámetros como el sexo, potencia muscular, frecuencia de contracción…
El objetivo final es dar un tratamiento personalizado e individualizado a cada paciente. No hay dos pacientes iguales y por tanto, no hay tampoco dos tratamientos iguales.